sábado, 10 de abril de 2010

Sorpresa de Caramelo en el Picasso



Entrevista de José Antonio Triguero
Títeres María Parrato
Domingo 11 de marzo, última función de "Palabras de Caramelo" 

Fotos: Javier Braojos

Hace muchos años, en el Festival de Títeres de Alicante, descubrí una joyita del teatro de títeres basada en una historia de Jorge Amado, se trataba de "El gato manchado y la golondrina Sinhá". Más tarde tuve ocasión de volver a verla en el Teatro Cánovas. Era el año 2000, por entonces ejercía de crítico para La Opinión de Málaga y aún recuerdo con qué placer describí el impacto que me produjo aquella representación. En 2003 marché a Barcelona y volví en 2009, por lo que perdí de vista a María Parrato, cuya compañía ha sido la encargada de inaugurar, el pasado 14 de marzo, la sala del Museo Picasso de Málaga , a la cuál se accede por la Plaza de la Higuera.


Me alegré por el futuro reencuentro y pensé que el buen criterio de la programación del ciclo "Caja de Sorpresa" de esta nueva sala, se debería a alguien con gran conocimiento del tema. Y cuál fue mi sorpresa cuando, el mismo día que realizamos esta entrevista, supe que la responsable era Nani Soriano. Así que sumé dos alegrías en una. Aún recuerdo los tiempos de la sala de la Universidad, cuando la conocí; no diré los años, que son muchos. La amplia trayectoria de esta gran profesional augura contenidos escénicos de calidad en el Museo.

Terminada la función, accedimos a la coqueta sala y procedimos a recuperar el tiempo perdido. Era obligado preguntar a María Parrato por su trayectoria, esa que me perdí mientras dirigía a Los Lunnis en los estudios de Sant Cugat del Vallés. Y por ahí comenzamos nuestra charla.


mi yo espetador- María, te he perdido la pista desde lo del gato manchado. Ponme al día.
María- Pues la verdad es que ha llovido mucho desde entonces. Verás, después de aquéllo tuve a mi hija que fue la creación más fuerte de todas; mientras se gestaba, ayudé a hacer "Mil grullas" a Analía Sisamón, pero no llegamos a buen entendimiento así que ella lo estrenó y siguió con el montaje. Cuando mi hija tuvo tres meses y Nuria Aguado -compañera de María en la compañía- acababa de tener a su hijo, yo sentí necesidad de hablar de la muerte. Desde niña me ha seducido, la idea de la muerte me atrae muchísimo porque es una referencia para la vida; la cosa es que al haber creado vida, me sentí valiente para hablar de ello. Los artistas tratamos de abordar los temas que nos preocupan a través de nuestro arte.

mye- Te refieres a "No te asuste mi nombre".
María- Sí, fue un espectáculo muy importante en mi vida, un niño que se enfrenta a la muerte y muere; más tarde trabajamos para nuestros bebés, que iban creciendo, e hicimos un espectáculo para ellos, "Ping. El pájaro que no sabía volar" y luego, en una biblioteca municipal, en la que habían conocido el gato manchado y nos habían perdido la pista como te pasó a ti (risas), donde nos contrataron con Ping, me hablaron acerca de un cuento; se referían a "Palabras de Caramelo" de Gonzalo Moure. Así descubrí esta historia.

mye- En esta ocasión estás sola en el escenario. ¿Qué te llevó a planteártelo así?
María- Nuria estaba embarazada y a mí me apetecía trabajar en escena sola; además la historia se prestaba mucho a eso, las mujeres son muy importantes en el relato y me daba la oportunidad de trabajar como una mujer que se desdobla, como siempre hacemos las mujeres, como madre, como bruja que soy también (más risas), como hada, como reina y como todo; me dije, voy a abordar esta historia como buscadora de historias que soy y me fui al Sáhara donde están refugiados los exiliados de guerra.

mye- ¿A beber de las fuentes?  La historia se da en un campamento de saharaüis.
María- Fui a ver cuál era el contexto del protagonista de esta obra. Me acompañó el músico del espectáculo y allí convivimos con una familia de saharaüis y de ahí surge toda la plástica del espectáculo, de esta forma de vida.


mye- O sea que el desierto está presente en la obra.
María- El desierto está presente, pero yo trato de que todo sea muy metafórico, porque todos los desiertos no son como este sitio; lo que le está pasando al pueblo saharaüi es como un barco varado y seco, ellos tienen una cultura nómada, pero les han dado un trozo de desierto que es el desierto más terrible, la Hamada de Tinduf que tiene piedra debajo y se calienta muchísimo; aunque acostumbran a estar descalzos en su desierto y es que la palabra no tiene la misma connotación que para nosotros, para ellos es una abadía, la libertad, saben cómo encontrar con sus camellos el agua y lo que necesitan pero están ahí, anclados.

mye- ¿Cómo es esa forma de vida?
María- Siempre están preparados para irse a otro sitio, aunque lleven allí 34 años; no pierden esta idea de que ellos son los hijos de las nubes, donde hay nubes allá van, es lo que añoran y al que viene en plan viajero le están esperando siempre con la puertas abiertas, con lo poco que tienen de comer; son así, cenan muy tarde por si alguien aún va a llegar.

mye- ¿Podemos encontrar esta situación en el espectáculo?
María- Está de telón de fondo, no está de forma explícita, es como la retahila que tienen esllos: "si estuviéramos allí en nuestro desierto..."

mye- ¿Se ven indicios del paso de los niños por España?
María- No, no.., Llevas cualquier regalo y al día siguiente no ves nada y luego, al cabo de los días aparecen reutilizados; yo quise probar leche de camella, para lo que hay que mezclar azúcar y agua, y para poner el azúcar, vimos unas conchas que habíamos recogido para que los niños jugaran; todo lo aprovechan, lo reparten, las cosas no son para la familia sino para quien lo necesite más. Los niños juegan con la ruedas de los coches, un trozo de hierro, etc...

mye- Y el agua, que debe ser un elemento casi sagrado en el desierto, ¿está en la obra?
María- En el espectáculo todo lo que es líquido lo he representado a través de la arena, la sangre de los camellos, la leche, el té, las tormentas, las lluvias torrenciales, el agua, incluso el viento; la tierra trae y lleva el agua y vuelve a ella en forma de sangre.


mye- A muchos adultos les puede parecer fuerte el tratamiento o la misma temática en sí.
María- Y a los niños también: "a mi esto no me mola porque... (aquí María me revela el final de la obra que no diremos aquí)". Pero yo lo que digo a ésto es que en la vida tenemos que pensar de diferente manera, yo tengo que hablar de las cosas que me hacen vibrar, en lo que yo creo, así puedo emocionar; en mi corazón, a cuantas más personas llegue, me sentiré más contenta pero tengo que respetarme a mí misma y a mis compañeros en la compañía con respecto a lo que queramos hacer; tratar de llegar a todo el mundo significaría...
mye- Un engaño.

mye- Pero es verdad que el público infantil está adocenado, acostumbrado a las animaciones infantiles, a Los Lunnis, por ejemplo.
María- No sólo el público infantil, los adultos estamos culturizados con una publicidad fantástica y maravillosa y en la vida personal no sabemos afrontar ni llevar el fracaso, que es lo más bonito y lo que nos puede hacer superarnos y que cada día estemos vivos; a mi manera, de eso soy muy consciente, me siento muy responsable para decir es que yo ésto lo veo así; incluso cuando hay alguien que dice yo ésto, no sé..; digo, ¡guay! porque te he tocado, ahí hay debate, ya te llevas algo para casa, para pensar.

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