viernes, 16 de abril de 2010

Mamet por Veronese

Crítica de teatro / Norberto Rizzo
Actores que no actúan






Título: Glengarry Glen Ross de D. Mamet






Intérpretes: Carlos Hipólito, Ginés García Millán, Alberto Jiménez, Andrés Herrera, Gonzalo de Castro, Jorge Bosch y Alberto Iglesias

Lugar: Teatro Cánovas, sábado 10 de Abril de 2010

Versión y dirección: Daniel Veronese



La noche del Cánovas se viste de lujo y no es para menos, el elenco que hoy pisa sus tablas es de primera. A cuál mejor actor. Carlos Hipólito, Ginés García Millán, Alberto Jiménez, Andrés Herrera, Gonzalo de Castro, Jorge Bosch y Alberto Iglesias. Pero por si todo ésto fuera poco, la versión y dirección recaen sobre Daniel Veronese. Y si ésto le parece aún poco, la producción es del Teatro Español. Y usted pensará al leer, ésto es lo más, pero aún hay más. Era noche de futbol y a pesar de ello el teatro a rebosar de gente.


Glengarry Glen Ross, es un montaje que cuenta con unas actuaciones geniales encabezadas por un gran actor con mayúsculas que es Carlos Hipólito. Y no cabe lugar a dudas para quienes hemos seguido la carrera de Veronese, que si en algo destaca por sobre todas las cosas, esa es la dirección de actores. Las interpretaciones son limpias, claras, creíbles en cada gesto, en cada palabra que se dice y en cada una que se calla. Uno se mete en la escena arrastrado por los actores que nos hacen olvidar que estamos sentados en una platea. El texto de David Mamet adaptado en esta ocasión por el mismo Veronese, quizás no está al nivel de lo que se espera. Yo creo que está muy bien tirar la pelota al público y que éste no reciba todo ya resuelto, pero a veces la jugada lanza el balón antes de tiempo y deja una sensación de: ¿me he perdido algo?

El conflicto está clarísimo desde el principio, la feroz competitividad de nuestros días y el pisar la cabeza a quien haga falta con tal de llegar no se sabe muy bien a dónde. El problema es que la obra se regodea en la presentación de los personajes, en ubicarlos en el aquí y el ahora en el cuál están inmersos, pero no se termina de resolver nada. Éste, creo por mi experiencia en los diferentes montajes del director, que es un estilo suyo, dejar al público en el desconcierto total al finalizar la función. O tal vez simplemente le salgan así. Ya habrá oportunidad de consultarlo con él. Más allá de todo, vale la pena ver un muy buen trabajo actoral, de esos que, en muchísimos montajes, se echan de menos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario