miércoles, 27 de octubre de 2010

Partir, el celoso francés


16º FESTIVAL DE CINE FRANCÉS DE MÁLAGA
15 AL 23 DE OCTUBRE – CINE Albéniz


  • Partir de Catherine Corsini, 2008


  • Viernes 22 de octubre



  • Trama truculenta y romanticismo

    Por José Manuel López Mira


    Partir
    Drama. Romance. Año 2009 / 85 min.
                
    DIRECTOR Catherine Corsini; GUIÓN Catherine Corsini, Gaëlle Macé; FOTOGRAFÍA Agnès Godard;
    REPARTO Kristin Scott Thomas, Sergi López, Yvan Attal, Bernard Blancan, Daisy Broom; PRODUCTORA Pyramide Productions / Caméra One / Solaire Production.


    El viernes 22, con motivo del Festival de Cine Francés en el cine Albeniz, tuvimos la oportunidad de ver la Película “Partir” de Catherine Corsini, directora de películas como “Les Ambientieux” en 2006 o “No me vengas con historias” en 2001.

    La película refleja la vida de Suzanne (Kristin Scott Thomas), una francesa de cuarenta años acomodada en su vida, al sur de Francia, con su marido (Yvan Attal), un médico de prestigio, y sus dos hijos adolescentes. Esa misma comodidad hace que Suzanne intente volver a trabajar de lo mismo que en su juventud, la fisioterapia, para sentirse así más joven y realizada. Y su marido le monta la clínica pero a partir de ese momento la vida de Suzanne está a punto de cambiar para siempre, pues el obrero que tienen contratado para realizar la clinica, un español llamado Iván (Sergi López), volverá loca de amor a Suzanne y la trasladará a su juventud, encontrado el deseo sentimental que había olvidado hace años.


    Iván, con su pasión y simpleza, la hace sentir de una forma que ni ella habría imaginado. La hace dejar toda su vida de comodidades por amor, por pasión, por un hombre que la trata como una mujer especial.

    A partir de este momento la película da un vuelco radical por el conflicto social entre lo seguro pero menos interesante o ese cambio hacia la pasión y exaltación de sentimientos a la que la sociedad se enfrenta.

    En este caso, la directora hace que gane la pasión, hace que gane el cambio que tantos problemas le va a traer a la protagonista.

    Suzanne es sincera ante la situación y admite, ante el marido, su infidelidad demostrando que, a pesar de su “locura pasional”, tiene la cordura y entereza para reconocerlo. Pero su marido, del lado de la seguridad y lo estable, no va a permitir que Suzanne lo abandone e incluso, la presiona para que vuelva, a pesar de saber que ya no está enamorada de él.

    En las escenas de cama, Suzanne se muestra realmente diferente con Iván, su nuevo amor; en cambio con el marido se muestra prácticamente indiferente. Éste, que es un hombre de influencias, prepotente y seguro de sí mismo, hace a Suzanne e Iván la vida imposible, evita que los amantes puedan trabajar, provocando que vivan casi en condiciones infrahumanas. Pero Suzanne no se da por vencida y reclama la separación y su parte económica.

    A partir de aquí, la trama de la historia toma derroteros inverosímiles y redundantes; en una redada Iván se ve sorprendido intentando vender los cuadros del marido y éste pone entre la espada y la pared a su mujer, exigiéndole que vuelva con él si quiere que su amante sea liberado. Suzanne acepta por el bien de Iván y la convivencia en casa se convierte en una pesadilla que terminará con el asesinato de su esposo. Como ven la propia historia que se cuenta es tópica y está llena de lances previsibles. En definitiva un culebrón que tan solo resulta creíble por el buen hacer de los actores.

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