lunes, 22 de marzo de 2010

La Verbena de la Paloma, una producción simpática



Crítica de Zarzuela / Ruth García Delgado
La Verbena de la Paloma por Teatro Lírico Andaluz


Con Antonio Torres, Pablo Prados, Luis Pacetti, Lourdes Martín, Yaiza Leiva,
Cristina Romero, Susana Galindo, Miguel Guardiola y Rafael Chaves

Coro y Orquesta Teatro Lírico Andaluz
Dirección escénica Pablo Prados
Dirección musical Arturo Díez Boscovich

El pasado viernes 19 de marzo tuve el placer de asistir a la representación de la zarzuela “La Verbena de la Paloma”, sainete lírico en un acto y tres cuadros de Tomás Bretón. Lo cierto es que me resulta bastante complicado emitir una opinión justa sobre lo acontecido pues yo misma he pertenecido a esta compañía y hablar sobre el trabajo de mis compañeros sin implicarme emocionalmente en el asunto es tarea difícil. Pero bueno, he aceptado esta tarea y trataré de hacer honor a la verdad siendo lo mas justa posible.

Realizar el montaje de una zarzuela tan conocida, no es tarea nada fácil. Mejor dicho, no es tarea fácil llevar adelante el montaje de la zarzuela mas célebre del repertorio español, pues mientras más conocida es una obra, ya se sabe, más expuesta a comparación se presta al existir muchos referentes importantes. Por esto, no se le puede negar al grupo de Teatro Lírico Andaluz su valentía a la hora de abordar un proyecto tan ambicioso como es el montaje de una obra en la que confluyen tantas disciplinas artísticas, teatro, danza, música...

Teatro Lírico Andaluz es una agrupación bastante modesta en cuanto a sus recursos económicos; es una formación que nace de una iniciativa de jóvenes malagueños que cuando emprendieron la ilusionante tarea de formar una compañía, nada sabían sobre producción de espectáculos. Para salir adelante, la joven agrupación ha desarrollado una política de reutilización de recursos, por lo que se pueden reconocer en sus sobrios decorados estructuras que recuerdan a otras producciones que ya han ofrecido anteriormente.

Lo cierto es que la puesta en escena ha sido muy modesta y se ha acogido con bastante fidelidad a los tópicos del costumbrismo español. Observando la media de edad del publico asistente, se puede entender que, al ser la tercera edad el principal consumidor de zarzuela, la dificultad a la hora de afrontar una producción un poco mas arriesgada sea muy alta para una compañía modesta, cuya capacidad de afrontar pérdidas es muy limitada. Este tema es un arma de doble filo, que afecta directamente a nuestro género chico y que destapa un problema importante.

Para ser sinceros, nuestro entrañable público consumidor de zarzuela comienza a extinguirse y, puesto que las producciones se dirigen a ellos, nos encontramos ante la posibilidad de asistir a los últimos coletazos de un género que pide a gritos nuevas propuestas; como dice el refrán y nunca mejor dicho, renovar o morir. Quizá una "Verbena de la Paloma" estilo punk sustituyendo el mantón de Manila por la chupa de cuero y al boticario Don Hilarión por un camello de barrio... atraería a un público más joven.


Considero que esta obra está llena de vitalidad y alegría, sangre de barrio y de calle, llena de la dignidad que otorga la humildad, con sus gentes trabajadoras y llenas de picardía y gracia para vivir. A mi parecer, Teatro Lírico Andaluz tendría que arriesgarse con propuestas más innovadoras para trascender al no poco noble acto de distraer a ancianos. Aparte de mis observaciones, el público se entregó por completo al espectáculo y fue un éxito.

Cabe destacar la genial actuación del actor bufo, cantante, productor y director escénico Don Pablo Prados, en el personaje del boticario Don Hilarión, capaz de captar con magistral sensibilidad el espíritu del ancianito Verdoncho que goza rondando y cediendo a los caprichos de sus dos chulapas. Lo cierto es que verlo actuar es realmente muy divertido y considero que tendría que limitarse, o mejor dicho, dedicar más enteramente a ello, delegando en otro profesional el tema de la dirección escénica. De esta forma evitarían situaciones como las apariciones del coro a modo de horda de orcos que salen y entran de escena en tropel.

Musicalmente, se defendieron con dignidad tanto la orquesta como los solistas de Teatro Lírico Andaluz bajo la batuta de Arturo Díez Boscovich. Considero que algunos personajes secundarios estuvieron un poco flojos pues aunque interpretativamente se defendían, vocalmente nos dejaron fríos.

Como conclusión final, me gustaría resaltar el gran valor de la agrupación malagueña al tener la iniciativa y al luchar por su arte. Aunque todo es mejorable, no sería justo desmerecer el enorme trabajo que han hecho, no sólo artístico sino también de producción.



2 comentarios:

  1. La crítica está expresada con mucho tacto y amabilidad. En realidad, aunque efectivamente los elementos positivamente valorados no están mal y el trabajo es innegable, la compañía y el montaje presentan importantes carencias. De dirección escénica ante todo, pero también en aspectos estéticos, coreográficos y artísticos en general.

    El trabajo de director, especialmente en producciones de medio y gran formato, no es un rol que pueda asumir cualquier aficionado sin preparación y que se dedica sólo a medias al tema, entre interpretaciones, presupuestos y otras tareas, como si fuera un factor de importancia menor. Un poco de respeto a la labor de dirección no les vendría mal, y la frase es aplicable a otras muchas áreas.

    Como puesta en escena amateur, estupenda, pero si quieren ser tratados como profesionales, dedíquense a serlo.

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  2. Sigo a esta compañía malagueña desde hace tiempo y por las críticas que reciben, cosechan éxitos donde actúan. Los últimos en Sevilla capital y Córdoba ciudad siendo la compañía española que más actúa en Andalucía con 200 producciones (Málagahoy). El éxito en el Teatro Cervantes (abarrotado) es innegable. Creo que es muy digno lo que hacen en todos los aspectos. Con esta compañía la gente se lo pasa muy bien, por lo que el tema escénico lo veo francamente bien. Es curioso que sea en Málaga donde se le saquen defectos. Ánimo y a seguir trabajando!

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