miércoles, 3 de marzo de 2010

Cádiz sin trama


Crítica de Zarzuela / José Antonio Triguero
Cádiz en concierto

Las fotos son de Daniel Pérez T C

Lugar: Teatro Cervantes, Domingo 28 de febrero de 2010.
Obra: Cádiz, versión para concierto.
Autores: F. Chueca y J. Valverde
Libreto: Javier de Burgos.
Intérpretes: Isabel Rey (Curra), José Bros (El Rubio), José Julián Frontal (Lorenzo/Don Cleto), Ana Ibarra (Una negrita/Una mamá), Luis Pacetti (Un negrito), Luis Álvarez (Un ciego), María del Alba Moreno (Señorita 1ª), Sonia García (Señorita 2ª), Antonio Jerez (Oficial inglés 1º), Matías Merino (Oficial inglés 2º),
Coro de Ópera de Málaga. Orquesta Filarmónica de Málaga.
Director del coro de ópera: Francisco Heredia.
Director musical: Lorenzo Ramos.

El protagonismo del coro superó las carencias de unos solistas que vinieron, en general, a tratar de cantar bien o muy bien como es el caso de José Bros pero que no se implicaron en convencernos de que estábamos oyendo una zarzuela. Si no llega a ser por la orquesta y la formación coral, bien dirigida por Francisco Heredia con apuntes interpretativos y con una presencia contundente en todo el concierto, hubiera jurado que no se trataba de Cádiz sino de Oslo.

Sin trama, sin los diálogos irónicos, el formato concierto dejó un sabor de boca raro, como de cuadros inconexos. Una hora y algo fue más que suficiente con unos solistas que o no querían o no estaban motivados, con la excepción de los brillantes Luis Alvarez y la excelsa Ana Ibarra. Encomiable y honesta la breve actuación de las dos sopranos del coro de la Ópera María del Alba Moreno y Sonia García que nos hicieron disfrutar junto con Ibarra de los mejores momentos del recital.

La Zarzuela Cádiz utiliza mucho el coro, coro que representa al pueblo abnegado y valiente; un pueblo cuyo único miedo es su arrojo, a sabiendas de que todo estaba perdido. Y no defraudó el brillo musical de la masa coral y su intervención interpretativa fue el único hilo conductor a nivel escénico. Miéntras, la mayoría de los solistas miraban la partitura.

La disposición espacial tampoco ayudó mucho, las cuerdas tapando a los vientos, la percusión por allí en medio, semioculta y estorbando, Y los solistas entrando y saliendo por los palcos ciegos de la platea, adaptada para la ocasión. Cada intervención dramatúrgia era de agradecer pero todos esos detalles clamaban por una puesta en escena. Sin hilo conductor, asistimos a una zarzuela descafeinada en el que, para más inri, las voces de los cantantes quedaban tapadas en muchas ocasiones por el brío de la orquesta y el coro. Sobre todo en el caso de Isabel Rey, cuya potencia más bien escasa quedó patente.

El dúo que Luis Pacetti hizo con la soprano Ana Ibarra, cuya presencia y disposición regaló la mejor actuación de la noche, fue lo más lucido a nivel vocal. Y Luis Alvarez quien con mejor espíritu azarzuelado interpretó su papel, de ciego; sus guiños al coro y que cantara de memoria señaló el camino de lo que hubiera sido un buen concierto de Zarzuela digno de celebrar el día de Andalucía.

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