domingo, 4 de julio de 2010

Marlango, control absoluto


FESTIVAL de


VERANO


TERRAL



Marlango.Life in the treehouse
Día 2 de julio de 2010
Teatro Cervantes

Por Quique Jiménez
Fotos: Francis García

Con el patio de butacas medio lleno y un calor en el exterior de treinta y tantos grados -parece que el nombre de este festival cultural malagueño no lo hayan puesto en vano- la sesión de este concierto fue como un vaso de agua fresca, o más bien, como una buena cerveza fría cuando tienes mucha sed.
Sobre un escenario sobrio, pero eficaz, que imitaba lo que puede ser cualquier terraza de verano, fondo neutro y bombillas de colores colgantes incluidas, la presencia de unos muy buenos músicos y de Leonor Watling bastaron para animar el cotarro de un público que, a pesar de no llenar el teatro, se notaba que eran seguidores fieles. Solo había que fijarse en los reiterados piropos que le lanzaban  a la Watling desde los asientos y de la complicidad existente entre músicos y espectadores. Y no era para menos. La presencia de Leonor en  escena fue grande desde el primer momento. Apareció vestida de rojo fuego arrancando con un tema sensual e hipnótico que, unido a sus movimientos casi felinos y a su figura de "top model", (pero que guapa es esta chica, de verdad...) comenzó a inundar el escenario de una erótica armonía , de una seguridad y un saber estar en escena, de control absoluto. Esta armonía iría in crescendo hasta el final del concierto.

Otro tema: un dúo entre su aterciopelada (y a veces desgarrada voz) y el trompeta Oscar Ybarra nos transportaba a una imaginaria taberna donde el pianista,  Alejandro Pelayo, tocaba unos teclados que bien podían haber acompasado a Tom Waits en una de sus incursiones "etilicomusicales" o al mismísimo Lou Red.

Ese era el espíritu, y no sé si la intención. El caso es que Marlango recuerda a muchos pero se parece a pocos. No sé si me explico... Y eso en el panorama de la música actual española es bueno, muy bueno. Sobre todo si se canta en ingles.

Tras la interpretación de varios temas de su nuevo trabajo en la misma linea misteriosa y potente, hubo un giro de tuerca sorprendente cuando presentaron una nueva versión del "No mires a los ojos de la gente" del grupo Golpes Bajos, por supuesto cantada en español. Magnífica versión que con un simple cambio de tono en la voz de Leonor, daba al tema de Gemán Coppini otra lectura más misteriosa y desgarradora, suave y emocionante. Tras esta aplaudida canción, continuaron presentando el resto de sus canciones, introduciéndonos de forma progresiva en su "casita-refugio del árbol" (recordemos el título de su último trabajo: "Life in the treehouse") a base de guiños de confianza con el auditorio, como en "El pequeño vals", en el que el respetable participó silbando la melodía del estribillo junto con el grupo, dirigidos por Pelayo; o como la canción -despedida del concierto- "Dance, dance, dance", en el que la voz de la Watling transportaba directamente al más puro teatro cabaret de Kurt Weill. Se nota que la chica también es actriz.

En definitiva, consiguieron llevarnos a su terreno de la forma más "sibilina" posible: con un buen concierto, unos buenos músicos, una atractiva cantante (en todos los sentidos) y "buen rollo" entre el público.. ¿qué más se puede pedir?

Para ser sincero, no conozco la discografía ni la trayectoria de este grupo, sino unos cuantos temas que había oído en Spotify, o en casa de unos amigos, por lo que tengo que reconocer que  el concierto para mi fue una muy agradable sorpresa. De hecho, creo que me voy a comprar el disco.


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