jueves, 21 de enero de 2010

Un musical coreográfico

Crítica de Teatro musical/ José Antonio Triguero.
XXVII Festival de Teatro de Málaga.
Foto: Stage Entertaiment.

Lugar: Teatro Cervantes, 15 de enero de 2010.
Obra: Fiebre del Sábado Noche.
Productora: Stage Entertaiment.
Autor: Nik Cohn. Adaptación: Nan Knighton y otros.
Intérpretes: Juan Pablo Di Pace, Zenón Recalde, Bea Álvarez e Isabel Malavia entre otros.
Coreografía y dirección: Karen Bruce.

En la época en la que se estrenara la película, no me gustó nada. Y aún hoy me parece un argumento insultante. Razones: la imagen boba, chulesca, analfabeta y machista que se da de la juventud. Los bailes, en el film, son ingenuos hasta la risa, las poses idiotizantes, la interpretación ridícula y una música, la de los Bee Gees que, aunque estridente y chillona, supera el cocktail con creces. Y no es que entre la juventud no hubiera o haya machitos de discoteca o de after, según el caso, pero las tribus urbanas han sido y son algo más.

"Fiebre del sábado noche" es un exponente del mal gusto, primo hermano del frikismo y del telefilme de sobremesa. Por suerte la versión de teatro musical que aplaudimos en el Teatro Cervantes, elimina o minimiza los detalles más groseros y desagradables del original en la gran pantalla. No en vano estamos hablando de un musical, cosa que la película no era. Las míticas "Night Fever", "More than a woman", "Staying alive" y "How deep is your love" superan el ambiente macarra en esta producción de Stage Entertainment para brillar por sí solo con unas coreografías deslumbrantes y unas voces de lujo. Se incluyen, además, temas como "Disco Inferno" para redondear. El ritmo del espectáculo te hace olvidar una historia, en mi opinión, obsoleta incluso cuando se estrenó a finales de los 70. Los apuntes teatrales sobran, pero como son rápidos, hacen de puente entre un número musical y otro. Por ejemplo las escenas con los padres fallan con un excesivo costumbrismo en las caracterizaciones.

Los bailes son lo mejor del espectáculo; el volumen, el movimiento y las evoluciones del cuerpo de baile deviene en un uso del espacio escénico elegante y vibrante. En cambio con el texto, la frontalidad excesiva deja paso a la tibieza y la falta de rítmo. De hecho, cuando hablan encima de la música existe una continuidad necesaria y los momentos donde la música se para es insostenible, los diálogos quedan descolgados, faltos de credibilidad. La escenografía es moderna, actual, con la caja técnica al descubierto, iluminada con profusión de colores y transformable en directo.

La "novia" despechada, Isabel Malavia, sobresale por su canto, es una diva pero se muestra recatada. Se echa de menos una actuación más show-woman que compense el protagonismo del más fuerte de la manada, Tony Manero, interpretado por un carismático y completo Juan Pablo Di Pace. Es quizás, el más equilibrado en los diferentes roles de cantante, actor y bailarín. Para mí, supera a Travolta en la versión del celuloide. Es espectacular. Monty, Zenón Recalde, es la pieza clave que dispara el humor en este musical, muy bien dosificado a lo largo de toda la actuación. Su voz de rockero le delata, eso sí, pero es una licencia con la que se gana en fuerza y enriquece la propuesta al unir varios personajes en uno.

2 comentarios:

  1. Buenas Jose! Enhorabuena por la crítica.
    Tengo un par de observaciones:
    Por qué los musicales siempre son "los de siempre"? "hermanos de sangre", "la bella y la béstia", "el fantasma de la ópera"...¿por qué?
    y... apuntando en la crítica...sólamente resaltar la "exaltación" del "exponente del mal gusto, primo hermano del frikismo y del telefilme de sobremesa"... ¿Has visto ET y EL OTO?¿?"

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  2. Muchas gracias. En realidad con las Artes escénicas pasa que los que dominan el cotarro desde hace bastantes años son los lobbys y las productoras, que no se distinguen ni por la originalidad ni por la creatividad. Pero hay una cosa cierta las taquillas de este país han subido considerablemente, gracias a las reposiciones y a las cabezas de cartel. Triste pero así es.

    Otra cosa, disculpa por no enterarme pero ¿quién eres? Por el seudónimo no logro relacionarte.

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