domingo, 14 de noviembre de 2010

Doris Cales en el Jazz Festival Club Echegaray


24º Festival de Jazz de Málaga
Fotos Daniel Pérez TCE

Doris gustó, pero no encandiló.
Por Kaajal Mansukhani

Concierto de Doris Cales Quartet
Teatro Echegaray, martes 9 de noviembre de 2010

Con casi todas las entradas vendidas para ver y oír a Doris Cales Quartet, el Festival de Jazz de Málaga volvió al escenario del Teatro Echegaray para abrir, tras un año en blanco, su vigésimo cuarta edición de la mano de esta neoyorquina y sus músicos.

Envuelta en un ambiente distendido y agradable, aunque raro de ver en este teatro, Doris Cales salió al escenario precedida por German Kucich al piano, Juanma Barroso a la batería y por Toño Miguel al contrabajo, para ofrecer lo mejor de sí misma en una velada que la propia artista denominó como “broche final” a su gira y estancia en España, país que deja para volver a su ciudad natal, Nueva York.

Más que con su dulce voz y talento jazzístico, desde el primer momento Cales trató de ganarse a un no muy interactivo público a base de comentarios y confidencias que, al principio, para entrar en calor, se agradecieron, pero que después resultaron poco relevantes e, incluso, un tanto “comerciales”.

Así, los temas se fueron sucediendo sin pena ni gloria; algunos, versiones de canciones alejadas del jazz pero con conseguidos arreglos, formaban parte de su álbum más reciente “All that Jazz”, y otros eran temas compuestos por la propia Cales como “Looking for Mr. Goodbye” o “I’m not Blue”. Destacaron y gustaron las versiones de “Almost Blue” de Elvis Costello dedicada a Chet Baker, “Night and Day” de Cole Parker y, ya en el bis, “Now’s the time” de Charlie Parker.

En cualquier caso, los músicos parecieron ser lo mejor de la noche. Acompañaron solemnemente a Doris Cales, no se salieron de su papel, pudieron transmitir mucho más y aún así, gustaron. El más destacado fue Germán Kucich, entre otras cosas porque era el único al que se oía nombrar por Doris durante las presentaciones (los aplausos del público unidos a la suave voz de la cantante, no permitieron escuchar la presentación del contrabajista o del batería), y porque sus solos resultaron emocionantes.

Doris Cales estuvo correcta, cantó, bailó, quizá bebió demasiada agua y habló más de lo deseado, sobre todo teniendo en cuenta que muy poca gente del público consiguió conectar con ella, y viceversa. El ambiente de local de jazz neoyorquino estaba muy conseguido en el Teatro Echegaray, los asistentes al concierto estaban con ganas y la noche prometía pero… No encandiló.

1 comentario:

  1. enhorabuena a kaajal mansukhani por su critica justa y precisa. parece que sabe bastante de jazz y su entorno. saludos mbm

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