viernes, 12 de febrero de 2010

Buen sabor de boca en el Cervantes





Crítica de teatro/ José Antonio Triguero

Clausura del XXVII Festival de Teatro de Málaga




Lugar: Teatro Cervantes, Jueves 11 de Febrero de 2010.
Obra: Ser o no Ser.
Compañía: Teatro Meridional.
Actores: Mauro Muñiz de Urquiza, José Luis Gil, Santiago Nogués, Alfonso Torregrosa, Carlos Chamarro, Amparo Larrañaga, Diego martín, Alfonso Montón y Mauro Muñiz.
Versión: Julio Salvatierra.
Dirección: Álvaro Lavin.


Ayer se clausuró el XXVII Festival de Teatro de Málaga en el Teatro Cervantes, a falta de su clausura definitiva que tendrá lugar el próximo sábado en el Teatro Echegaray con la obra "El jardín japonés". Con buen humor y distensión se dio por terminada la edición de este año con la obra "Ser o no ser" basada, cómo no, en otra película, la obra maestra de Ernst Lubitsch rodada allá por 1942. En ella se describe una comedia de enredo con tintes sentimentales, además de servir de traza irónica para hacer mofa de los nazis. Una compañía teatral sirve como conductora de una historia de espías de medio pelo ambientada en la Segunda Guerra Mundial, justo al comienzo de la contienda. 
Pasamos un buen rato compartiendo las idas y venidas de esta compañía teatral que ha de poner en escena real la mejor y más arriesgada de sus representaciones puesto que, para sortear la iniquidad nazi, deben una y otra vez hacerse pasar por soldados, coroneles y generales alemanes. Incluso han de reinventarse a Hitler para librarse del cadalso. Las situaciones y la complicidad del publico con los actores de esta agrupación teatral de ficción provoca momentos de una comicidad muy acusada, de lo absurdo a la farsa. 
Un buen grupo de actores reunidos por Teatro Meridional, responden con vigor a la enrevesada trama y trenza el buen rítmo del espectáculo que, dicho sea de paso, adquiere su mejor tono en los últimos 45 minutos, justo cuando Joseph Tura, el jefe de la compañía se hace pasar por el doctor Siletsky. A partir de ahí la vis cómica innegable de José Luis Gil se desborda y sus compañeros de reparto, en torno a él, dibujan un final que va conformando un desenlace hilarante. En cuanto a Amparo Larrañaga se la ve descolgada del elenco con una entonación y unas maneras muy diferentes al resto de actores; cosa que acentuaba su personalidad de diva pero le restaba posibilidades para participar del juego cómico. 
La dirección del espectáculo no es muy ambiciosa pero arma todos los elementos con gran oficio y sentido del rítmo, muy acertado el discurrir coral en el trabajo grupal y en la distribución escénica, aunque la escenografía es un poco desconcertante, una especie de collage de espacios que encorseta el movimiento escénico de los actores. Las referencias fílmicas son fieles y evocadoras. Podrían haber ido más allá si se hubieran olvidado más del film, aún así es una honesta propuesta llena de encanto y fino humor.

1 comentario:

  1. antonio, soy quien trabaja en sala del teatro cervantes, vamos a ver como te lo explico.....Ampara Larrañaga nunca estara a la altura del resto de los actores, porque para eso tendria que ser una buena actriz y eso no lo va a ser nunca, no se si con ese comentario aclaro algo y del resto estoy de acuerdo contigo. saludos

    antonio lupion

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