miércoles, 13 de abril de 2011

Ética, Lírica, Retórica y Plasticidad

 Ethos, Logos y Pathos


9, 10 y 11 de Abril
 
Los 7 Peca2 Capitales
Teatro-Danza-Arte Digital

Intérpretes
Actriz: Antonia Zurera
Bailarines: Lucia Vázquez, Ivan Amaya, María J. Villar y Juan Melchor
Creación coreográfica: Colectiva
Idea original, espacio escénico, imagen y selección musical: José María Roca
Dirección: Gema López y José María Roca


Este sábado tuvimos la suerte de contemplar la última propuesta de Producciones imperdibles. Y uso el verbo contemplar porque creo que es el que mejor define este espectáculo. Se trata de una obra puramente contemplativa, donde lo más relevante es su belleza plástica y lo más notorio su carácter ilustrativo.

La puesta en escena es brillante, con una plasticidad y una estética delicada aunque impregnada de una cierta gravedad, no exenta de atractivo y evidente encanto. La elegancia es incuestionable. La coreografía equilibrada y con un enérgico despliegue multimedia como apoyo y medio, lo cual no evitó que a la actriz conductora-narradora se le notasen muchísimo los golpes producidos en el micrófono por el aire de sus “ps” y sus “eses”.


La escenografía rutilante, con un eficaz aprovechamiento de todas las dimensiones del espacio escénico y una resolución notable de las entradas y salidas, amalgamadas con las imágenes. Los juegos gráficos de ordenador desarrollados sobre un amplio espectro de la iconografía flamenca ayudan enormemente a ese aprovechamiento y resolución ante dichos.





 
La música lo invade todo con la sublimidad que caracteriza al estilo elegido para recrear la danza: composiciones líricas, de carácter sacro, basadas en la literatura existente alrededor de la Stabat Mater dolorosa que han desarrollado desde Giovanni Battista Pergolesi hasta Gioachino Rossini, pasando por Dvořák, Verdi o Vivaldi.  En algunos casos, mezclada la pieza original con percusiones étnicas y contemporáneas,  lo que daba un aire sofisticado, cosmopolita y de modernidad  a las mismas.



 
Pero el conjunto adolece de un desarrollo dramaturgico adecuado al tema que se trata. De hecho se limita casi a citas y alusiones a textos de Shakespeare y a representar los pecados con un cierto topicismo. Aunque claro, esto puede deberse a que realmente no exista una intencionalidad teatral, sino que las pretensiones de la compañía sean meramente una plasmación visual y aquí si que puede decirse que lo consiguen. En este aspecto ayuda mucho la linea continuista de la música, sin cambios bruscos (solo los necesarios para removernos de las butacas en momentos cruciales de la acción)  y manteniendo esa capacidad de concentración que se le otorga a la música sacra.


 
De hecho el resultado final es de una belleza cautivadora incuestionable que produce un cierto estado de abstracción en gran parte del público. 
Y abstrae porque el espectáculo es pura metáfora al tiempo que retórica. Y como preconizaba Aristóteles en referencia a que un argumento nos convenza: es necesario que nos parezca racional y conveniente (logos), quien nos presenta el argumento nos merece confianza (ethos) y, finalmente, apele también a nuestras emociones (pathos). Y estos 7 Peca2 Capitales los auna, aunque en algunos casos sea a través de metáforas muertas.

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