jueves, 22 de abril de 2010

¿Ganará el film de Pinillos en el Festival de Málaga?



Crítica de cine de José Antonio Triguero
13 Festival de Cine Español de Málaga
Fotos: Javier Braojos




Vimos "Bon Appétit" de David Pinillos en la sesión de público de la noche del  lunes 19 de abril. Mabel Lozano presentó la película ante un público que deseaba, quería y había oído que sería un estreno "de cine". Mabel habló de besos, de amigos, de amigos que se dan besos y luego dio paso al productor,  que contó que el guion fue escrito por unos andaluces y que el equipo estaba formado por alemanes, italianos, suizos y españoles; también dijo que la película había sido filmada en Müchic, Zurich y Bilbao porque pretende ser una pelicula profundamente europea y que no sería una sincera y empática historia de "amigos que se besan" si no fuera por el director y co-guionista  David Pinillos, a quien tildó de una exquisita sensibilidad. Quizá por eso, ha dado con un grupo de actores de una expresividad verdadera y cosmopolita.






El director segoviano fue el siguiente en tomar el relevo. Acertó apenas a decir que "Bon Apetit" es una historia de amor, entre nervios por el estreno. Deseó una reacción emocionada por parte de los espectadores y lamentó que la actriz alemana Nora Tschirner no hubiera podido volar hasta Málaga, a causa de la nube volvánica. En la rueda de prensa celebrada por la mañana, la bella y simpática actriz tuvo que contentarse con saludar por video conferencia. Por úlimo, habló Unax Ugalde, uno de los protagonistas de la historia y se limitó a decir lo contentos que estaban los actores con el director, que era su primer trabajo, y deseó con sentido del humor que hubiéramos cenado antes de ver "la peli".

Bon appétit


Es una pelicula elegantemente provocativa, te hacer temer que en cualquier momento la narración caerá en el tópico y el melodrama; pero sin embargo, siempre lo esquiva en el momento oportuno, de manera que, sin reinvindicaciones pasionales, como casi sin querer, pone en cuestión prejuicios y comportamientos que de no ser así tratados hubieran condicionado el discurso hacia lo demasiado previsible.

Amigos que se besan sin una norma establecida, amigos que se quieren o no son correspondidos en su amor, todo un universo de medias sinceridades que se abren campo entre lo establecido y lo que es obviamente esperado; se pone fuerza donde normalmente creemos que hay debilidad y se descubre la fragilidad de los momentos de la vida donde los humanos aparentan seguridad y fortaleza. Un trabajo sutil, esmerado y lúcido que se aleja del tipismo o de la transcendencia pretenciosa que suele habitar en las historias de amor cinematográficas.

Esta película es un soplo de aire fresco; es también, una película que suena mejor en alemán, francés o inglés que en castellano, (¿spain is diferent?) donde la naturalidad suele estar impregnada de peor vocalización y de una vana amusicalidad del habla. De hecho, la parte más vulgar es la que sucede en Bilbao, donde el film corre el riesgo de perder el tono pero no lo hace por los pelos; ésto no pasa en la escena de la playa, sublime en las dudas que plantea sobre la relación de la pareja protagonista. Igual de sublime el varapalo que se lleva el bilbaíno en Münich donde cree que una mujer en la situación de la protagonista femenina, a ésas alturas de la historia, se va a rendir a sus pies.

A resaltar el personaje de Hugo, que parece construido para que los volubles espectadores tengan envidia de su humanidad, de su comprensión; para que deseemos todos tener un amigo así. Quizás un ideal, alguien en quien confiar, alguien para el que seamos transparentes y no se aproveche de ello; Hugo es alguien que no se traiciona a sí mismo; en definitiva, quizás, el personaje que encarna la tesis de la propia propuesta fílmica.




Hasta el momento es la mejor película del Festival, seguida por "La vida empieza hoy" de Laura Mañà.

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