martes, 29 de marzo de 2011

¿Sirve el arte para entretener a los niños?


Teatro Canovas
Sala Gades
Domingo 20/03/2011. 12.00 h

La Flauta Mágica de W. A. Mozart
Compañía LA TARASCA
Danza
Reparto
Mirko Vullo, Leticia Gude, Eugenio Jiménez, Marcela Lacourt, Juan Carlos Guajardo y María José Villar.
Dirección y puesta en escena: Ramón Bocanegra.

En una sala con un aforo de 3 o 4 filas, la mitad padres, la mitad niños; comenzó un espectáculo de Danza que atrapó la atención de los chavales. Era colorido, diseño del escenario con formas, luces y colores muy adaptados para ellos. La música también. A ratos la original, interpretada por una orquesta. Otras más ligera, aunque arreglada y transcrita. Era un poco como la banda sonora de La Naranja Mecánica, a ratos original, a ratos con sonidos de un sintetizador. Creo que el efecto consiguió mantener la atención de personitas, que aún no tienen educado el oído.


La pieza fluía, aunque mi sobrino, de vez en vez, me preguntaba ¿Y ahora qué pasa? Creo que adoleció de un narrador que fuera explicando, aún someramente, la historia. Porque los niños esperan conocer la trama, no solo lo abstracto del movimiento, de la música y la iluminación.

El vestuario de los bailarines –danzantes- es muy colorista, efectivo para mantener centrado a los chavales… hasta más allá del minuto 40 –mas o menos- de la representación. Entonces los niños empezaban a preguntar ¿falta mucho? Y se oían ruidos y se movían. Porque pienso que la obra se debe adaptar al tiempo de concentración de los niños.

Cuando salían los papas preguntaban si les había gustado y la respuesta era si. Ya no se acordaban de lo largo –casi hora y diez, si no me equivoco-.

Una reflexión: En este blog se ha dicho que no solo se debía programar la cultura pensando en los aspectos lúdicos de las actividades. Claro. A los niños este tipo de espectáculos le educan su sensibilidad. Pero no podemos gastar tanto dinero en producciones para tan pocos. Y ocurre en estos espectáculos y en otros muchos.

El problema no es rentabilizar las inversiones en cultura, el problema es gastar con menos desahogo. Hay muchos teatros en la ciudad programando cosas…. Muchas –casi todas- muy buenas, al menos eso dicen los que las ven. Pero hay poco público. Deberíamos trabajar mas el marketing –si, el marketing- de los espectáculos culturales. No solo hay que programar, también hay que currarse a los espectadores, hay que salir a por ellos a los colegios, traerlos con sus padres a que disfruten de los espectáculos. No nos debemos conformar con programar y esperar a que se llenen los aforos; eso no funciona, ni con el arte ni con la venta de los yogures. Falta capacidad de ir a por las audiencias en los espectáculos culturales…. Conectarlos con la vida social, con las cofradías, con las residencias de ancianos, con las cárceles… con la imaginación. Tienen razón cuando reflexionan sobre la programación.; pero no olvidemos currárnosla luego.

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