lunes, 24 de enero de 2011

Marina Núñez

Cyborg imposible, aunque contemporáneo

Crítica de José Manuel López Gaona
Del 17 de diciembre de 2010 a 5 de febrero de 2011.
Galería Isabel Hurley
Paseo de Reding, 39 (Málaga)


Marina Núñez es una artista de una creatividad asombrosa. Cuando entras en la Galería Isabel Hurley, te aborda el video de una mujer retorciéndose en suelo, victima de la tremenda presión de una estructura surrealista con representaciones del tiempo, hombres, y no se cuantas cosas más. La intérprete del video intenta desasirse de esa tremenda presión, y, cual Sísifo, mantiene un esfuerzo que augura recreación indefinida..

Marina no se queda en la imagen hiperrealista de sus cuadros, profundiza con los retoques en la posibilidad de otras dimensiones que surgen de la actual. Es una distorsión de lo real para crear imágenes  muy elaboradas; aunque no existen, si se intuyen, se identifican. No es el abstracto imposible de identificar en cosa alguna perceptible por los sentidos, sino que es una imagen real de mujer –presumiblemente mujer- distorsionada.

Pero ese efecto distorsionador no es un recurso efectista, sino que hay muchísima parte intima de Marina. No es la simple proyección de la distorsión de las posibilidades geométricas de una imagen, por efecto técnico de un ordenador; es la imagen que la artista crea para comunicarnos como siente su “ser mujer”.

Al principio uno piensa que trasciende lo inmediato de la imagen femenina para proyectarnos su sentimiento; pero luego notamos que profundiza en lo epidérmico. Es en la piel –muy presente en esta exposición- donde se amplifican sus tratamientos de la imagen; en su descomponer las figuras para profundizar en otras composiciones. Es el surrealismo tratado desde base muy actual, se nota su influjo, pero también su evolución.

Es una exposición corta, pero muy bien planteada.

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