Una crónica de Miguel Ángel Barba
Teatro Auditorio de Diputación. Organizado por ASPA.
Miércoles 2 de Junio de 2010
Mariem Hassan
Foto: larepublicacultural.es
Dentro del programa Voces de Mujeres, ASPA trajo a Málaga a Mariem Hassan, quizá una de las voces más conocidas del hasta no hace mucho llamado Sáhara Español. Además del concierto, la actividad mostraba una exposición de paneles sobre la historia y la actualidad del Sáhara Occidental.
Mariem Hassam en el II Festival de las Tres Culturas de Frigiliana, en la plaza de la Cañada del Ingenio, el 22 de agosto de 2007.
Dado que estamos hablando de otra de las zonas del mundo donde la libertad de expresión no existe, como es lógico en un sistema totalitario como el marroquí y en la que dedicarse a la cultura puede suponer la muerte para cualquier saharaui, no es baladí que Mariem Hassan sea considerada una referencia vital por las mujeres y también hombres de este antiquísimo pueblo nómada del desierto. Es por esta razón que hablar en este espacio sólo de música sería como obviar lo que imprega completamente esa música, su orígen, sus objetivos y sus verdaderos valores.
Esta ex colonia española, conocida como la gran provincia, fue entregada de forma vergonzosa como carroña de una antigüa hermosa nación para ser repartida entre las hienas de Marruecos y Mauritania. Esto llevó a sus pobladores originales, verdaderos propietarios del país, a vivir confinados en campamentos de refugiados en Argelia. La actitud de España-“pilatos”, lavandose las manos y abandonando a sus antiguos “ciudadanos españoles”, ahora “indígenas del desierto”, a la depredación del reino alauita de la estirpe de los Hassan, no ha hecho más que facilitar el expolio. Es interesante destacar que, ya en 1767, en el Tratado de paz de Marrakech, Marruecos reconocía explícitamente no tener ningún poder ni autoridad al sur del río Nun, próximo a la ciudad de Guelmim, a unos 100 kms. al norte de la actual frontera entre el Sáhara Occidental y Marruecos.
En la introducción a este concierto, nos explicaron el boicot que se está intentando poner en marcha contra algunos productos de la marca Hacendado, que está traficando con productos del Sáhara, robados por los ocupadores y vendidos como propios. Y en la exposición podíamos conocer que, mientras la comunidad internacional calla y el estado español y la U.E. hacen de mamporreros de Marruecos, continúan la usurpación y las vejaciones a este pueblo orgulloso y de gran dignidad: el muro de la vergüenza más largo del mundo, de casi 3.000 kilómetros, solo superado por la gran muralla china; la destrucción de restos culturales saharauis; los observadores militares de Naciones Unidas haciendo graffitis en las paredes de la cueva del Diablo, uno de los mayores yacimientos rupestres prehistóricos del sur del país; el saqueo de sus riquezas, la venta de armas de España a Marruecos (que son usadas en la supuesta defensa del muro).
Considerada la embajadora de la música saharahui, el haul, Mariem tenía diecisiete años cuando la Marcha Verde. Su familia vivía de los rebaños que poseía y, tras veintisiete años en el campamento (wilaya) de Smara en Argelia, terminó recalando en Sabadell, donde vive actualmente.
Tras estar durante cuatro años alejada de los escenarios y superado el cáncer que la alejó de los mismos, su vitalidad y su enorme personalidad la han devuelto al lugar del que nunca debió alejarse: ante los públicos mas diversos transmitiendo su mensaje de libertad para el pueblo sáharaui.
Vestida con la malhfa o melfa, traje típico del Sáhara Occidental y del norte de Mauritania, verdadero símbolo cultural, nos ofreció un concierto cargado de aromas de arena y vientos secos que inició con una canción titulada Hinwani , su forma de decirnos aquí está Mariem.
Y, ciertamente, estaba muy bien acompañada (degraciadamente no he podido conocer los nombres de los músicos) de guitarra eléctrica, sustituyendo al tidinit, un rústico laud, de madera con tapa de cuero de 4 cuerdas. Desde hace tiempo la guitarra se utiliza en las canciones por su riqueza armónica y es interpretada a partir de las formas de la Tidinit; por eso suena tan diferente y especialmente difícil para el occidental, acostumbrado a las formas habituales de tocarla.
Un bajo eléctrico tocado con muy buenos modos, robusto, enérgico e intenso, muy rítimico y contrarítmico.
Finalmente los tebales: tambores de aproximadamente 60 cmde diámetro, hechos de un cuenco de madera excavada y de cuero de piel de camello o de cabra, que tocan casi siempre mujeres, como en esta ocasión. En algunos temas la percusionista bailaba, con lo cual Mariem pasaba a tocar los tebales, y también hacía las segundas voces. Aún los cambios hacia la electrificación de la música, no han perdido un ápice de frescura en las intrerpretaciones. Eso sí, a más de uno nos gustaría, de vez en cuando, oir los sonidos directamente del Tidinit, dado que en él las melodías suenan mucho más calidas.
Entre otros temas pertenecientes a su disco anterior Deseos, nos presentó su último trabajo, Shouka, que significa espina –“la que todos los saharauis tenemos clavada en el corazón” según Mariem, dejándonos canciones con títulos tan sugestivos como Tefla madlouma, que significa “niña maltratada en el sáhara ocupado”, Azzagafa “La Cultura, una de las cosas que nadie nos puede quitar”, Ragsat naama en la que nos recuerda que en el el Sáhara occidental un día hubo avestruces o Maatal-la, el barrio más luchador de El Aaiún ocupado. Todo ello entre movimientos sinuosos y bailes entre el público, con temas de ritmos inverosímiles e imposibles basados en sus conceptos monocordicos, típicamente tribales, y letanías melódicas como gritos desgarradores del exilio.
Los tradicionales gritos ululantes de las mujeres saharauis, muy presentes toda la tarde noche en el auditotio, acompañaron la presentación de la canción central que da nombre al trabajo, una cantata llena de rencor e ironía dirigida al ex presidente del Gobierno de España, Felipe González: “Esta espina es con la que nos pinchó Felipe en 1976, cuando visitó los campamentos de refugiados y prometió que cuando él fuera presidente del Gobierno de España ayudaría al pueblo saharaui a que volviera a su tierra”, explica Mariem Hassan, y añade: “Más tarde estuvo ciego y sordo con la causa de nuestro pueblo, sólo nos pinchó con mentiras”.
Y así, entre banderas, saludos, gritos por la libertad de los Saharauis, bailes y el público en pie, se despidió con Haiyu, “Ánimo, ánimo que la lucha no decaiga”, canción alegre y festiva que motivó un final de concierto con todo el púbico, que llenaba completamente el auditorio, en pie, bailando, aplaudiendo. Sin duda una clausurade concierto, no por menos esperada, ideal.
Mariem Hassan alternó el idioma español con el hassanía, su lengua original, y fue constantemente vitoreada. Banderas ondeando, nutridos grupos de mujeres y hombres palestinos entre el público con mayor presencia femenina que masculina, demostrando que la mujer en la cultura saharaui tiene un papel y un lugar mucho más igualitario que en la mayoría de los pueblos árabes y africanos (Una de las canciones fue muy aplaudida por muchas mujeres Lguman mbalgu ¡ojo con los hombres arrogantes y vanidosos. Vamos, que no todos son perfectos!)
Una fiesta reivindicativa y un encuentro intercultural, mucho más que un concierto: un grito de libertad desde dos continentes.
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