Federico Fellini. Amarcord
Una crítica de cine frustrada / Alberto Llamas Ros
Fragmento de la película con el tema principal de la banda sonora
La sala está completa y muchos espectadores, entre ellos yo, nos quedamos en la calle. Película: “Amarcord”, de Fellini. La escena no se produjo en los años 70 durante su estreno en España (yo era muy niño entonces) sino este 5 de mayo del 2010 en el Ateneo de Málaga.
-Para coger sitio hay que llegar media hora antes – me dice alguien en la puerta.
“Amarcord” significa “yo me acuerdo” en dialecto de la región italiana de Emilia-Romaña. He visto la película varias veces. La estanquera que aplasta al niño entre sus pechos, el padre autoritario y entrañable que acaba en la cárcel por decir “si Mussolini sigue así, no sé, no sé”, la bella Gradisca, la pandilla de amigos, la ninfómana, el tío zángano, la mamma que lo soluciona todo, el loco que se sube a un árbol gritando “quiero una mujer”... todos sus inolvidables personajes tendrán que esperar a otro día para volver a presentarse ante mí. Lo que más me interesa de todo esto es volver a ver los cines llenos. El Ateneo de Málaga está cumpliendo una misión que nadie más hace: traernos a una gran pantalla un cine clásico y de calidad (la Filmoteca de Andalucía anunció que crearía una subsede en Málaga para el otoño pasado, pero si lo han hecho –creo que no- habrá sido con tanta clandestinidad que nadie se ha enterado... es más barato anunciar los proyectos que cumplirlos). La respuesta del público a estas joyas del cine que proyecta el Ateneo es masiva. Como en los años 70. “Yo me acuerdo”. En una rendijita de mi memoria, pero me acuerdo: las colas en los cines Andalucía, Astoria y Albéniz. Había que llegar pronto para poder entrar. El cine sigue vivo. Sorprendentemente.
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