jueves, 6 de mayo de 2010

LA DICTADURA DE LA MAGIA ROTA


Crítica de música por Pedro Barrientos

Robert Fripp y Theo Travis live
Teatro Echegaray, Jueves 29 de Abril de 2010


“…Y el tiempo va exigiendo historia de la nueva cadencia, que espera en vano con tacto sutil, que pasen las estaciones para ser hábil.”

El hecho de que viniera Robert Fripp a Málaga, ha podido embargar en una profunda emoción a tantas personas que tendrían la oportunidad de poder ver y escuchar a menos de dos palmos, a un personaje que intervino activamente en el espíritu de millones de seres humanos.

El que viniera acompañado de Theo Travis, hacía del evento una autentica máquina de generar expectativas.

Teníamos algunos, hace cuatro décadas, una forma de entender la música que nos permitía volar muy lejos, sin ni siquiera  la necesidad de recurrir a sustancias químicas.

King Crimson, Peter Hammill con Van der Graff Generator, Brian Eno y algunos otros apenas se divulgaban por España y los retazos que nos llegaban, los recibíamos como una  fuerza liberadora de nuestros propios corsés, permitiéndonos evocar profundísimas emociones difíciles de razonar.

Hoy día , escuchando aquellas antiguas  referencias que quedaron grabadas, todavía somos capaces de tomar vuelo con idénticas alas: “Starless”, “Epitaph” , “In the court of the Crimson King” y tantos etcéteras.
Robert Fripp es un mito. Además supo colaborar con otros tan grandes como él, dando luz a "Obras Maestras de la Historia de la Música".

Destacar especialmente sus colaboraciones con otro "Genio" que propuso caminos en mundos incómodos y que utilizaba algunos lenguajes expresivos emparentados más de lo que se piensa con el movimiento expresionista alemán: el gran Peter Hammill.

 “A Plague Of LighthouseKeepers/Sleepwalkers” o “Man Erg”, ambas obras incluidas en el álbum Pawn Hearts es un ejemplo de lo que digo.

No desdeñe la tradición culta estos estilos valorables con grandes méritos en la historia del arte.
Llevamos en Málaga una racha de eventos importantes “que pa qué”, algo se estará moviendo en la sociedad malagueña para que se den ciertas coincidencias.

El día 28 de Abril sin ir mas lejos, el grupo “Transmongolia” de música tradicional de Mongolia , ofreció un concierto en el Paraninfo de la Universidad, realmente espectacular y sobrecogedor, con apenas medio aforo.

Supongo que por esta razón, y desde la perplejidad, que todavía me tenia enganchado por lo que escuché y ví en el Paraninfo, acudí a ver y escuchar con gran excitación al día siguiente a Theo Travis y Robert Fripp.

Cuando entramos en la sala del Teatro Echegaray, nos asaltó una señorita que nos atizó entre pecho y espalda la advertencia de que estaba totalmente prohibido grabar y hacer fotos, por expreso deseo de los artistas. Y reiteraba su sentencia endosándonos un papelito que ponía lo mismo que nos había espetado, firmado por Fripp y Travis.

Sonaba miéntras, una música incidental bastante incidental (no sé como describirla, lo siento). Los marcadores de la intuición estaban avisando de algo que no se sabía traducir.

Una vez sentados todos, salieron a escena cuatro personas vestidas de riguroso negro que rituálmente advirtieron de la misma cuestión que la lozana señorita y el papelito dichoso. Lo hicieron en cuatro idiomas, alemán , francés , inglés y español. Torpedearon la advertencia cada uno por separado en turnos individuales y luego, por si fuera poco y no nos habíamos enterado, lo repitieron juntos a la vez, a modo de coro en sus respectivos idiomas. ¡Vaya! ¡De lo más contemporáneo! Yo al menos, me sentí agredido y me mosqueé bastante.

La maravillosa digestión de la que todavía disfrutaba después del concierto de “Transmongolia” empezó a cortarse.

Mi cuerpo y alma ansiaban que apareciera Fripp y Travis en el escenario a modo de “bicarbonato sanador” aunque ellos mismos fueran los artífices de mi indigestión; y la expectativa aún así, permanecía alta.

Cuando vi aparecer a Fripp, tuve presente que quien estaba viniendo a escena era aquel que desató aquellos sueños antiguos, vestido de cabello blanco de señor mayor sabio.

El concierto estaba planteado como improvisaciones, por lo que el interés  era mayor ya que la solera de dichos personajes, permitiría supuestamente extraer momentos sublimes.

La concepción musical de la improvisación, tiene a lo largo de la historia una tradición muy definida. Permite al músico desarrollar habilidades de modo súbito, no solo entroncadas con su técnica musical, sino que abre una especie de canal chamánico que deja libres ciertas energías elementales y elevadas, conjugando pericia mecánica y expresión impregnada de influjos mucho mas profundos.

¡Nada mas lejos de la realidad! , al menos, a mi modo de ver.

No aburriré con muchos detalles, ya bastante aburrido me sentí desde el primer tema: Notas larguísimas con unos efectos de reverberación y retardos larguísimos que ponían empalagoso el oído, sumado a efectos sonoros poco originales (ecos, octavaciones de los instrumentos de viento y más cámaras de reverberación y más y más monotonía) .

En todo momento había que albergar la esperanza de que apareciera la esencia de aquellos artistazos, pero se ocultaban huidizas las vibraciones que podían suscitar el interés.

Empecé a sentirme culpable de no sintonizar con el "Genio", autoachacándome la insensibilidad de quien no encuentra lo que debería ser un tesoro a simple vista. Entonces me salió la vena racional-analítica para entender lo que pasaba y deducí:

 “Me preparo y me preparan con autoridad (yo, la señorita,el papelito y el dichoso coro) para un acontecimiento genial. Deduzco inmediatamente que el tiempo es una brutal realidad, al igual que la evolución. Que ahora somos diferentes a como éramos hace 35 años. Lo que iba escuchando en el transcurso del concierto, lo asimilaba como un “universo pequeño embutido” en una cosa que se hace llamar “Ambient”, yo sería mas preciso “Boring Ambient”, nada que ver con el punteo de “Starless”, que en una melodía de dos compases abría un agujero negro en el cosmos y con una sola nota en ostinato impartía sabiduría a troche y moche, el arte es así de inexplicable”.

Ni siquiera impresionaba el excelente sonido digitalizado en cuadrafonía y los despliegues de ultima tecnología. .

Solo vi una pequeña luz en cinco notas de la “Les Paul” frippiana en un instante en que cortó todos los pedales y totalmente desnuda, ofreció un pequeño riff, pero titilaba demasiado lejos.

¿Sería que la flema inglesa se apoderó de Mr Fripp y Travis?

Cuando terminó el ultimo tema, rogué para mis adentros que no hicieran un bis. Lo hicieron, a pesar de la poca insistencia del publico.

Me quedé como un súbdito al que le hubieran despojado de su libertad de imaginación.

Cuando acabó el concierto me levanté a aplaudir con mucho fervor al que fue.

2 comentarios:

  1. Ufff.. qué se puede decir cuando uno de los referentes de tu educación sentimental, ya no te crea esa misma emoción que hace tiempo. Yo no fui porque no encontre entradas; pero me identifico con todo lo que has escrito.

    ResponderEliminar
  2. Vaya, pues, yo ni me enteré.
    Preferiría haber estado y cargarme de argumentos, para poder utilizarlos en su defensa pero...
    Me queda el consuelo de que tu mismo reconozcas haberte sentido "agredido" por su insistente advertencia/prohibición de grabar, etc.
    Y, basándome en ello, me reconduzco y apostillo: Seguramente, influyó demasiado en tu análisis; así que, me reconforto pensando que no eres objetivo.
    Por lo demás,la crítica genial, sobretodo la selección de temas que refuerzan las argumentaciones. Aunque, echo en falta una referencia a cosas como "Evening Star", por ejemplo.
    José

    ResponderEliminar