viernes, 24 de junio de 2011

A medio gas.

 por Miguel Ángel Barba
Fotos: José M. Cortés


Domingo, 19 de Junio

“Tough”

John Mayall: voz, teclados y armónica
Rocky Athas: guitarra
Greg Rzab: bajo
Jay Davenport: batería

Quien dicen que enseñó casi todo lo que sabe de blues a Eric Clapton o a Mick Taylor y que muchos denominaron “el padre del blues blanco”, vino, llegó y venció. Pero no convenció. Al menos no del todo. Déjenme ustedes que me explique.


Que una persona casi octogenaria se plante en un escenario haciendo gala de un estado de forma envidiable, manteniendo unos niveles e inflexiones de voz que para sí muchos quisieran y con un aguante y técnicas codiciables para otros a la harmónica y el teclado; muestre que sigue conservando gran parte de su feeling y en menos de dos horas sea capaz de pasar por el blues y el rhythm’n’blues más tradicional con incursiones suaves en el soul y el swing en alguna ocasión, es como mínimo digno de admiración. No en vano es toda una leyenda viva de la música de finales del siglo XX y paladín de un sin fin de grandes proyectos musicales.

Pero que esta misma autoridad del blues no se acompañe de una banda que no desmerezca a un adalid de su categoría, ya es otro cantar.

En la presentación de su último trabajo discográfico "Tough" (con un sonido excesivamente lineal para mi gusto en directo) y repaso a su dilatada trayectoria musical, en la que tienen cabida desde su más puro blues británico de los John Mayall’s Bluesbreakers hasta el potente blues de Chicago en el que “echó los dientes musicales”, faltaron demasiadas cosas.

El concierto adoleció de versatilidad, fue un poco plano, se echaron en falta sonidos de guitarra diferentes y un guitarra menos monótono y repetitivo, algunos temas lloraban por unos vientos y en más de un estribillo se mascaba la ausencia de alguna 2ª voz. Por otra parte, si bien Mayall se defiende bien con el teclado, obviamente no es un Dr John, y eso se aprecia en la carencia de arreglos en algunas partes de algunos temas. No apareció en escena Tom Canning a los teclados. También mas de uno se quedó esperando ver a Mayall a la guitarra.

Y no quiero decir en absoluto que la banda fuera mala. Para nada. Jay Davemport es un gran baterista y es el sustento de la fuerza que muestra la banda en algunas fases del concierto. Versatil y con enorme capacidad de estar sosteniendo las líneas rítmicas de los temas al tiempo que estar rellenando, rompiendo, ensalzando... mientras parece que pasa desapercibido.
El bajista Greg Rzab también tuvo retazos de gran músico, pero parecía reservarse en algunos temas quedándose en lo básico. Se marcó dos grandes solos, con lo cual demostró que podía haber dado más en el resto.
Realmente el guitarrista Rocky Athas es quien más me decepcionó. No cambió en ningún momento los sonidos de la guitarra, los registros en los que trabajaba los solos eran muy poco variados, los acompañamientos y arreglos tópicos y típicos. Siempre las mismas escalas, repetidas una y otra vez. Sonó casi todo el concierto igual. Como dije antes: monótono y bastante plano.

Quizá la crisis ha tocado el bolsillo de la música y los grupos. Y hasta las leyendas, tienen que tirar de recortes y abaratamientos. Una gira por Europa: pues me llevo lo puesto. Quienes hayan oído los grandes directos de John Mayall entenderán perfectamente lo que digo.

Pero nada hay que enturbie el magisterio de un John Mayall que cercano a los ochenta años es capaz aún de embarcarse en una gira, grabar un nuevo disco y conservar toda la esencia de su blues, su feeling, todo el sabor que ha sabido atesorar a lo largo de su medio siglo de comandar la nave del blues blanco en Europa y embarcar en él a quienes hoy son grandes músicos. Siempre merece la pena oír y ver a John Mayall.


No hay comentarios:

Publicar un comentario