sábado, 17 de julio de 2010

De perdidos a los ojos de la Medeiros



FESTIVAL de

VERANO

TERRAL


María de Medeiros. Penínsulas & continentes.
Día 15 de julio de 2010
Teatro Echegaray

Por José Antonio Triguero
Fotos: Javier Braojos





La verdad es que el concierto en sí mismo no estuvo mal, ni los guiños entre María Mediros y el percusionista cubano, ni el bajo acústico, pero lo cierto es que la actitud, el modo de cantar las canciones y el propio directo se movían en una zona de nadie que le abocó a la insipidez y la asepsia.

Daría igual todo ésto, si nos encontráramos en escena con alguien magnético, me vale que sea por sus dotes a la hora de comunicar, por su concentración emocional o bien tirando de seducción como una Nereida. Sin embargo, nos encontramos con una María de Medeiros que hizo del concierto algo aún más aséptico, con su timidez y su cara angelical.

La cuestión es que sus ojos pasaron de ocuparlo todo y a todos a perderse en bonitas melodías y adaptaciones de temas tradicionales de diversa procedencia (cantó incluso en catalán) que, por su acabado suscinto, no llegaron a despertar más que simpatía. Discreta, eso sí. Y es que las tonalidades íntimas en un directo han de estar rodeadas de algo más que querer interpretar bien las canciones y hacerlo con todo el respeto a sus autores.

No digo yo que no sería agradable cenar en un club en el que cante María de Medeiros que, a buen seguro, estaría más distendida que en un escenario como el Echegaray en el que la grada solo tiene una posibilidad: mirar esos ojos y perderse.












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