Circo en el Cervantes
Por José Antonio Triguero
Fotos de Daniel Pérez TC
Autor, iluminador y director: Daniele Finzi Pasca
Intérpretes: Jean-Philippe Cuerrier, Annie-Kim Déry, Stéphane Gentilini, Catherine Girard, Evelyne Laforest, Sandrine Mérette, Gonzalo Muñoz Ferrer, Félix Salas, Benoît Vis
Escenografía: Hugo Gargiulo
Vestuario: Linda Brunelle
Composición musical: Maria Bonzanigo
Producción: Cirque Éloize y Teatro Sunil
Lugar y fecha: Teatro Cervantes, jueves 23 de septiembre de 2010
Dicho ésto, la intervención locuaz del payaso principal -un payaso blanco travestido con estética contemporánea-, es la que sostiene el pretendido hilo argumental que tiene la obra: la niebla. Pero es tan insistente en la historia que narra que, por momentos, parece más un cuenta-cuentos que un clown. Al margen de sus largas intervenciones, el espectáculo circula independientemente, sin rozar apenas una historia que obliga, en determinados momentos, a que la acción justifique también lo que se está contando, cayendo en el terreno de la obviedad y de la pesadez.
Les hubiera salido una pieza redonda si hubieran prescindido de los payasos y se hubieran centrado en la música, los números acrobáticos, las imágenes poéticas (evocadoras de Kantor, Barba o el mismísimo Joan Brossa), los bailes y la maquinaria; elementos que tienen, sobre todo en la segunda parte, un tratamiento y una factura de primer orden.
En resumen, hay que decir que son números sueltos y que el hilo argumental es sólo pretendido. En cuanto al humor, aunque bien ejecutados los gags, camina por lugares comunes y resortes manidos; quizás haya dos espectáculos en uno. La poesía visual que crean se pierde en medio de tanta prosodia. Es un espectáculo evocador, a veces modernista, pero le engulle el ansia por agradar y de conmover al público con sus melodramas de deseos fallidos y tullidos iluminados. Eso sí, con Nebbia, el Cervantes tuvo un arranque de temporada espectacular.
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