Crítica de Flamenco / José Antonio Triguero
Flamenco viene del sur. Por un sueño
Fotos: Braojos
Lugar: Teatro Cánovas, Miércoles 24 de marzo de 2010
Bailaores: Juan José Jaén "El Junco" y Susana Casas
Bailarín: Juan Carlos GuajardoGuitarras: Keko Baldomero y Juan Carlos Berlanga
Cantaores: David Palomar y David "El Galli"
Piano: Ale Romero
Cantaores: David Palomar y David "El Galli"
Piano: Ale Romero
Percusión: Roberto Jaén
Dirección y Dramaturgia: Javier Marín
Sones a compás abren, amplían y redondean esta pieza de arte escénico flamenco."Por un sueño" es un espectáculo lleno de fantasmagorías, de presencias, de intuiciones y de claro oscuros. Los músicos permanecen en sombra casi toda la obra como la llama sonora que emerge de las profundidades. Un mano a mano se establece entre el bailaor y "la creatividad" representada con formas femeninas por la elegante bailaora Susana Casas. Melodías al piano y cuadros pictóricos en movimiento, tanto en el escenario
como en la proyección, estremecen al espectador a lo largo del periplo.
El sentido de lo ritual se establece con naturalidad, con ritmo teatral y cuidadas coreografías que brindaron momentos de mucha alma como en la soleá que "El Junco" interpretó con estilo y duende. La seducción y el desencanto también fueron tratados, el romance, la búsqueda, la creación como enamoramiento y desencuentro. Y todo interpretado desde el mismo baile flamenco, sin apostura y con gran versatilidad y sentido.
La división de espacios también ha sido un gran acierto. Delimitado por la iluminación, que ese día parecía ir a destiempo, el escenario describía zonas de riesgo y de seguridad, de trasiego y de pausa, de soledad y de sentimiento.
Un demiúrgo incansable cruzaba la escena rompiendo la armonía del bailaor, provocando el alejamiento de la creatividad. Quizás, las trabas que el mundo impone a la labor artística son representadas aquí por una especie de sombra endemoniada que mueve al desencanto, al abandono de la inspiración. Un personaje de difícil composición que se mueve entre lo clásico y lo contemporáneo, fuera del código flamenco pero que arrancó pellizcos irreverentes, como cuando rompe una guitarra y la deja encajada en el respaldo de la silla. Muy bien resuelto por el bailarín Juan Carlos Guajardo, a quien también pudimos ver en "Las cuatro estaciones" de La Tarasca.
Han sabido conjugar los elementos a la perfección sin que "Por un sueño" pierda hondura. El Junco tiene una verticalidad imponente y una contención asombrosa en un flamenco, el reto de convivir con esa especie de Puck malvado lo saldó con sobresaliente. Cuando "el mortal" -que así han dado en llamar al personaje sombrío- ata con la cuerda al bailaor y en el momento de la farruca, llegamos a un clímax de mixtura artística difícil de ver en los escenarios. El momento de los fandangos con las texturas proyectadas es de gran importancia, da lugar a un momento de inflexión donde el bailaor está a punto de acabar con todo pero decide bailar. "La creatividad" y "el mortal" le observan.
Los solos de la bailaora, que protagonizó uno de los momentos más emotivos junto a David Palomar, fueron sugerentes pero el taranto lo bordó; tiene mucha gitanería, también en los tangos donde derrocha gestualidad.
Otros momentos a resaltar fueron el solo que hizo el Junco donde sonidos, palmas, palmoteos en su propio cuerpo, silencios por bulerías, taconeo, compás y soniquete de rasgueo sordo de guitarras enseñaron la cantidad de registros que atesora el artista. O las alegrías interpretadas por Susana Casas con mantón y bata de media cola gradada en azul. Lució tesón y fuerza dejando de lado una interpretación del baile más clásica, blanda y almibarada.
jejeje cuando le cuente a mis amigas de indios zurdos que justo para este post han escogido dos de los videos que realizaron de "por un sueño" se alegrarán... POrque siempre van con la obsesión de la eficacia de pensar el video para internet...
ResponderEliminar