Crítica de música / José Antonio Triguero
world music-flamenco
Las fotos son de Daniel Pérez TC
Lugar: Teatro Echegaray, jueves 25 de marzo de 2010
Concierto: Un gato en la luna
Formación: Tomás García: Guitarra y coros, Mariano Pollet: contrabajo y baby bajo, Manolo Trigo: percusión, cajón congas, clave, platos y tinaja, Toni Bárbara: saxo y flauta, Nuria Martín: cante y palmas, Yaylin Beltrán: coros y palmas.
Entre rumbas, bulerías, fandangos, sones bluseados, fraseos de flauta, bajo y guitarra al unísono, muy característicos de un cierto jazz hispano con reminiscencias de Guadalquivir o Iceberg, profundidades de copla, flamenco y letras de ironía sencilla, Tomás García da forma y sentido a "Un Gato en la Luna", el grupo que fundó hace algo más de seis años y con el que presentó en el Teatro Echegaray su disco "Amalgama". Nuria Martín y Yaylin Beltrán a las voces, Toni Bárbara en los vientos, Mariano Pollet al bajo y Manolo Trigo en las percusiones, forman parte de un todo y dan vida al universo interior del guitarra solista y compositor.
Tomás no es un vituoso, es un artesano de la guitarra y de la música con mucho que decir, no busca el pellizco espectacular sino la emoción sincera; sin provocar impactos mece con su soniquete el oído de los espectadores que se dejan atrapar en la red que va tejiendo a base de descansadas melodías y de preciosismo en el uso de las escalas, ejecutadas con gracia flamenca por todo el grupo.
Se arrancaron con los fandangos "Rosa de fuego" que no están incluidos en el disco (durante el concierto se alternaron creaciones más antiguas con las de "Amalgama"), luego vinieron las bulerías "Las llamas de la candela", los tanguillos alegres con sabor caribeño y estribillo popular titulados "La espinita del león", "Chócala" que es una bulería del standard "Take five" de David Brubeck y una rumbita melódica, "La fuerza del amor"; con "Canastera", Nuria Martín dio su mejor acento flamenco, con dulce y suave camaroneo; "Desnuitos", de sabor a rumba catalana próxima a lo caribeño, fue quizás el tema más bucólico con profundas frases de la flauta y la versión de "Libertango" de Astor Piazzola y letra de Horacio Ferrer, "Agüita de Abril", son unos tangos en los que Yaylin Beltrán deja sentir una voz muy bonita, poco aflamencada pero con poderío; también hubo colombianas con guajiras y cantes del piyayo, en las que cantaron las dos mano a mano y la percusión se exhibió. Como despedida "Rumores y cuentos", una bulería en la que Tomás se canta sin acompañamiento para después volver a las cabriolas y al sabor a naturaleza de sus composiciones.
Los músicos tocan en buena sintonía, el saxo está bien entreverado con los ritmos flamencos y el acompañamiento, en general, es como una alfombra para los punteos frescos del guitarrista, bien pertrechado en los vientos, el bajo y la percusión; ésta última apoyando siempre al conjunto, en su sitio. La flauta da el toque más andaluz y el saxo, el jazzero, con fraseos limpios, directos, sin adornos, Mariano Pollet alterna el bajo eléctrico con el contrabajo y se defiende bien en los dos, aunque da más alegría con el instrumento acústico.
Las letras son un soplo de aire, románticas, poéticas y con ese punto de ironía malagueña, como aquella que dice "...no tires la máquina, no compres el vestío...". Son textos que pueden presumir de ternura y claridad como aquello de "...soñar con la luna y quererte de balde..."
En la voz de Nuria Martín hay eco gitano que no debiera exagerarse, basta con que disfrute de su voz tal cual es, sin demasiada impostación; a lo largo del concierto, se sintió más cómoda y suelta. Yaylin Beltrán hace segundas voces y se mantiene en su lugar con elegancia y más tarde descubre una gran voz y mejor oído. Tomás también se canta con voz dulce y emotiva.
La formación en la sala Clamores
La proyección peca de demasiado ilustrativa, aportando tan solo un marco recreativo, aunque las fotos y los fragmentos de letras de las canciones que podemos ver en el ciclorama blanco, muestren algunas asociaciones sugestivas como candela, guitarra y fuego o la libertad y el mar.
Y, por favor, que el operario no salga a escena para hacer play en la pantalla con el mando a distancia, busquen otra solución para próximos conciertos. Rompió la magia varias veces, la más clamorosa en los primeros acordes de "Libertango" y dio una imagen "cutre" que no debiera repetirse en el interesantísimo programa "on Echegaray".
Próxima cita: Teatro Echegaray, 8 de abril a las 21 horas, The Filetones, soul- funky.
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