domingo, 31 de enero de 2010

Yo me lo guiso y los demás tragan





Crítica de teatro / José Antonio Triguero


Lugar: Teatro Echegaray, jueves 28 de Enero de 2010.



"Ten cuidaito con el escalón... " es un conocido estribillo de la banda más emblemática de Málaga, me refiero a Tabletom. Esta advertencia de Roberto parece una tontería pero no lo es, ya que cuando no se tiene cuidado con depende qué escalones... y es que el sabio estribillo termina diciendo "...que te vas a caer" y eso es lo que le ha pasado a Laura Insausti, javito y la free soul band.

Al tener el poco acierto de exhibir sus vergüenzas en el músical "Do you love me?" que con tanto alarde anunciaban a los cuatro vientos, se han caído con todo el equipo. En realidad lo que hicieron no merece siquiera estas u otras líneas, así que intentaré no entrar en detalles para no hacer sangre. Pero que quede claro que fue un fracaso total que debería hacerles reflexionar, a ellos y a su público. En ninguna otra ciudad van a encontrar tanto apoyo incondicional como aquí, sería mejor poner los pies en la tierra y ahorrarse futuros disgustos. Pero no parecen ser muy conscientes de lo que han hecho, quizás contagiados por el glamour cutre de sus dos personajes. Diré algunas cosas y lo demás lo pueden intuir por el tono gris de esta crítica que quiero acabar cuanto antes.

Lo primero es que no sé si se han planteado que formaban parte de la programación del Festival de Teatro de Málaga, en su 27 edición más concretamente. Y que lo mínimo que se les podía pedir era profesionalidad, responsabilidad y respeto. En ese sentido, tendrían que haber suspendido las funciones o bien, cambiar de escenario. Todos los presenten sabíamos que era una función de instituto. El teatro malagueño no se merece estar tan mal representado.

Lo segundo es si saben realmente qué es un musical, un género con unas claves muy concretas donde baile, canto e interpretación van de la mano. De hecho no sé si comprenden que se trata de un oficio muy duro y especializado.

Tres, el guión es digno hijo de sus dos autores, Laura Insausti y javito. Imagino que les sonará aquello que el acerbo popular define tan claramente: "zapatero a tus zapatos". El sinsentido es tan grande que la propia Laura dirige, el batería Kiko Moya se pone a hacer de actor en una escena infumable, ni siquiera digna de ningún instituto; hubo otros muchos sinsabores de cuyos detalles no quiero acordarme pues que me harían utilizar adjetivos que no están en el diccionario, así que os ahorro neologismos.

Y cuatro, eran las canciones que llevan tocando toda la vida en garitos, bares y plazas. La Free Soul Band es una buena banda a su nivel pero tampoco es para echar cohetes y no pueden ser el centro de un buen musical ni son dignos de participar en el Festival de Teatro de Málaga.

En definitiva si unes pocos medios con poca imaginación y poca profesionalidad, el resultado es una cosa montada con mucho morro. Y creedme, es la crítica más amable que puedo y debo haceros. Lo siento, otra oportunidad perdida para todos los artistas malagueños. Como para estar satisfechos.

Devil's Dandruff en la Eventual


Reportaje gráfico / Braojos




Sala Eventual. 17.00 horas del día 30 de enero de 2010. A las 23 horas, el concierto de La Caspa del Diablo o lo que es lo mismo pero no es igual Devil's Dandruff. Cuando atravesamos las puertas de la sala de conciertos, los músicos hacían las labores de montaje. Saludos de nuestro fotógrafo Braojos al cantante y al bajista.


Grabaron su primer disco en Londres, ahora han optado por la producción nacional y la autogestión.
"El profe", el bajista, nos explica la difícil sonorización para un grupo de hard rock con tres guitarras eléctricas mas otra invitada y una acústica que intercambian en algún momento del concierto. Además teclados, batería, percusión y voces. Se autodistribuyen. El trabajo del batería es el más complicado. Elemento por elemento. Charlie, caja, goliats, bombo, timbal, platos... Además uno de los guitarrista usa un talk-box.


Es el propio grupo quien alquila la sala. La vida es dura para los músicos. Ya está todo sonorizado. Ahora comienzan los ensayos para ajustar. Miéntras, gente joven cruza el espacio con sus instrumentos. Se dirigen a las salas de ensayo de las que dispone Eventual. Chicos y chicas, la afición malagueña, los futuros profesionales quizás, la ilusión de ser músico.


Una fotógrafa freelance se une al grupo, Nicol Harley. Hará un reportaje para la propia formación. Terminan las pruebas y vamos a comer algo antes del concierto. Un concierto que se abre con Sergei Rachmaninov a telón cerrado, cuando se abre comienzan a sonar las guitarras con toda la banda.


Os dejamos con las fotos del concierto, que el espíritu rockero de Devil's Dandruff sea la razón de este reportaje fotográfico de Braojos. Salud y guitarras eléctricas para todos.








El público de la Sala Eventual y Nicol en acción
DEVILL´S DANDRUFF CONCIERTO 31 ENERO 2010 MALAGA

sábado, 30 de enero de 2010

noviembre

Crítica de teatro / José Antonio Triguero
XXVII  Festival de Teatro de Málaga




Lugar: Teatro Cervantes, 27 de enero de 2010.
Obra: Noviembre.
Autor: David Mamet.
Actores: Santiago Ramos, Ana Labordeta, Cipriano Lodosa, Jesús Alcaide y Rodrigo Poisón.
Versión y dirección: José Pascual.

Perfecto ensamblaje el de José Pascual, que adivina los resortes rítmicos, imprime carácter a la interpretación de los actores, dosifica el humor ácido de Mamet, retoca los personajes para formar un todo con el cuadro que presenta y plasma un plan escénico limpio que permite el lucimiento de todo el equipo de actores.

Exitazo en el Teatro Cervantes de la obra de Mamet con un elenco brillante y bajo la batuta del director José Pacual. Está tan bien que nos olvidamos de a qué noviembre se refiere, un mes del año 2004 en el que Bush decidía presentarse de nuevo a las elecciones. Pero esto es lo de menos, lo bueno es que el personaje presidencial estaba encarnado por un enérgico y convincente Santiago Ramos que patea la resistencia normal de un actor para echarse a sus espaldas dos horas de actuación sin flaquear ni un segundo; qué energía tiene este pedazo de intérprete, cómo disfruta, cómo hace disfrutar a los espectadores, cómo disfrutan con él sus compañeros de reparto.

También es verdad que cuenta con un personaje hilarante, Chuck Smith, un corrompido gobernante sin escrúpulos capaz de cambiarse de chaqueta en un segundo por cualquier vuelco en la orientación del viento que sople. Esto da lugar a las situaciones más desbordantes, la ironía más cáustica y la risa más descabellada.

Hasta tal punto que a pesar de escandalizar con sus actos y decisiones, el personaje resulta simpático, excesivo, extrapolado y cercano. Así es Mamet y así lo han sabido reflejar Ramos y Pascual.

Su ayuda de cámara, Archer Brown está magistralmente interpretado por Cipriano Lodosa que da el tono justo y la réplica exacta componiendo un tandem con el actor principal indivisible. Ana Labordeta es Clarice Bernstein, la autora de los discursos del presidente que hace una aparición discreta y va creciendo conforme el personaje también crece. Está magnífica en todas sus transformaciones; ha sabido ir más allá del arquetipo dando profundidad a la lesbiana Clarice, sin caer en tópicos ni redundancias a mano.

El representante de la Asociación Nacional del Pavo encarnado por Jesús Alcaide está perfilado con sutilidad, sortea al ridículo personaje y lo defiende con dignidad sin aprovecharse facilonamente de él sino que va labrando una actuación que, en un crescendo medido, va encarrilando al despropósito final. El Jefe indio que hace Rodrigo Poisón es la llama que prende aún más la mecha del desenlace y, aunque no tiene ni sombra de parecido con un piel roja, su complexión física le hace acreedor de muchas de las carcajadas finales.

En definitiva, la conducción de esta obra menor de Mamet ha sido magnífica, bien matizada y sin exageraciones de bulto que la hubieran desvirtuado. Por el contrario el resultado ha sido esplendoroso, de comedia con mayúsculas.

Shantala Shivalingappa

Crítica de danza / Maite Serrano




Lugar: Sala Gades, 23 de enero de 2010.
Pieza: "Namasya"
Dirección, coreografía y danzarina: Shantala Shivalingappa.

Shantala Shivalingappa ofreció cuatro solos en un espectáculo íntimo que huía de las estridencias y de las demostraciones; cada pieza tomaba algo de su propia experiencia vital como bailarina, con una cadencia heredera de la mixtura entre Oriente y Occidente. Una mezcla que dotaba el evento de gran espectación. Su trayectoria está unida a Pina Bausch y también a Maurice Béjart.

Las cuatro piezas que componían el espectáculo fueron "Aliento vital" de Ushío Amagatsu y música de Yoichiro Yoshikawa. Sobresalía en este primer solo, la belleza de sus movimientos; luego le tocó el turno a "Solo", una coreografía creada durante una residencia en el Tanztheater Wuppertal-Pina Bausch con música de Ferran Savall, llena de emotividad y que resultó la más próxima y comunicativa; la tercera fue una creación de ella misma titulada "Shift", no falta de creatividad pero quizás la que tenía menos tirón; y por último, "Smarana" con coreografía de Savitry Nair con música tradicional del norte de la India. Esta última pieza es de su madre, a la que debe su primera formación, con ella parecía que Shantala nos hacía un regalo muy querido, con delicados movimientos y una colección de mudras que ejecutó de espaldas al público.


Es difícil valorar la danza que practica esta artista hindú ya que nuestros parámetros son europeos, por ejemplo, el uso de los brazos predominan sobre el uso de los pies. El concepto de equilibrio también es muy diferente, las transiciones europeas existían en menor grado y todo se ejecutó con gran apoyo en el suelo. Lo que sí salta a la vista es la técnica que posee y la gracilidad con la que se desenvuelve en el escenario. Una pena que fallara ese día algún elemento técnico.

viernes, 29 de enero de 2010

Fluidos contemporaneos


Crítica de música/ José Manuel López Gaona

8º Concierto del 16º Ciclo de Música Contemporánea de Málaga


         Miguel Borrego                          Juan Carlos Garvayo (piano)


Lugar: Teatro Cánovas, Miércoles 27 de enero de 2010

Intérpretes: Dúo Borrego-Garvayo

Obras y compositores:

-    Tomas Marco (1942)
o    Dúo Concertante para violín y piano nº 3
o    Iris (para violín y Piano)

-    Luis de Pablos (1930)
o    4 fragmentos KIU para violín y Piano

-    Robert Gerhard (1896-1970)
o    Gemini


Me arriesgo a realizar una crítica musical sin saber leer una partitura. Empecé a interesarme por la música  contemporánea de estudiante, en el Madrid de los años 70, en la Sala Fenix; allí descubrí a Tomás Marco, Luis de Pablos, Halffter, etc...

En el Teatro Canovas había la friolera de 23 personas en una noche lluviosa. La verdad es que estábamos los mismos de casi siempre; y casi los mismos que había en Cuenca el año pasado en el Festival de Música Religiosa, cuando estos mismo intérpretes actuaron como trío junto al violoncelista José Miguel Gómez, el famoso Trío Arbós.

El dúo Miguel Borrego (violín) y Juan Carlos Garvayo (piano) interpretaron a Tomás Marco, Luis de Pablos y Robert Gerhard. Me pareció que compositores e intérpretes se unían en lo contemporáneo. Quizás asistamos a la manera más abstracta de expresar sentimientos, y esta música nos muestra un camino para recorrer la geometría de esos sentimientos, cosa que de otra manera no surgirían o no seríamos conscientes de que están aflorando. Esta forma musical no es la sucesión, más o menos bella de sonidos agradables. No todo fluye en el exterior con esa encantadora y romántica cadencia. Es por ello, que uno se ve seducido por la búsqueda de un lenguaje propio para expresar sentimientos tan próximos a lo que yo siento.

No sabría describir si fluye mejor el tono o la melodía; o si es el ritmo el que se ve frecuentemente alterado por los férreos contornos del pentagrama..; ni me interesa.  Esta música te ofrece un referente a la dificultad que tenemos para entender el mundo con los mismos conceptos, que cambian a lo largo de la historia.

Lo primero que impresiona  cuando entré en la sala es la soledad del piano, un Steinway&sons, negro, brillante, iluminado con la luz de un espectáculo de silencios.

Miguel Borrego es un virtuoso, de un virtuosismo tal que a veces se duda de si el violín será capaz de reproducir los sonidos que se le proponen. Envuelve su sonido a la sala en la bóveda de la oquedad de ti mismo, intentando desentrañar qué estoy sintiendo. Y si los demás sienten lo mismo. Miguel recorría el mástil proponiendo sonidos muy novedosos, sobretodo interpretando a Luis de Pablos. Los cuatro fragmentos de Kiu me impresionaron.

Supongo que desde que Carlo Tononi fabricara el violín, allá por el 1710 –como nos dice el programa de mano- se le habrán sacado todo tipo de posibilidades sonoras. Desde fiestas o salas de conciertos más amables, o en míseros encierros de sus posibles poseedores en tiempos peores, el violín habrá sonado de muchas maneras. Pero la sucesión de sonidos que nos propone Borrego, sería imposible de imaginar si no fuera por el talento y la sensibilidad de este artista. La velocidad de sus movimientos, la precisión de su sonoridad lo convierten –a mi juicio- en lo mejor que ha pasado por este ciclo.

Juan Carlos Garvayo es un pianista que me emocionó en Cuenca. Lo vi con la cara desencajada tras estrenar una obra de MIGUEL GÁLVEZ TARONCHER, sintió la obra y nos trasmitió su sentimiento. Con él uno sabe porqué el piano es un instrumento de percusión. Tocó, unas veces con las teclas, otras percutiendo directamente con sus manos sobre el interior del piano. Transmite casi tanto con el sonido como con sus movimientos o al menos te mantiene expectante ante sus gestos, que te convierten en otro cómplice de lo que está ocurriendo en la sala.

Estamos ante dos artistas muy compenetrados y muy sabedores de lo que están interpretando, lo que no siempre me ha parecido así cuando he asistido a otros conciertos.

Termino diciendo que fue un excelente concierto –sin propina- que justifica todo el día que viví ayer.

jueves, 28 de enero de 2010

En la línea de gol


Crítica de teatro / José Antonio Triguero



Lugar: Teatro Cánovas, domingo 24 de enero de 2010
Obra: Patadas
Autor: Antonio Álamo
Actor: Josu Eguskiza
Director: Ramón Bocanegra


Me acerqué al Teatro Cánovas con un sentimiento encontrado; que fuera un proyecto en el que participaba Antonio Álamo me llenaba de ilusión pero que "proyecto Handke", que así se denomina esta nueva compañía, se estrenara con un monólogo sembraba en mí algunas dudas. Y es que por más que apriete la crisis, el monólogo no tiene entidad por sí mismo ni se le puede considerar un género. Por suerte, el autor cordobés junto al director Ramón Bocanegra y el actor Josu Eguskiza han parido una singular obra conceptual. Por ello, a pesar de que solo hay un actor en escena, no es un simple monólogo.







Josu Eguskiza interpreta a un portero debajo de los tres palos de una portería algo más pequeña que las de verdad. Imponente la soledad del portero, impresionante la dimensión que tiene una enorme portería encima de un escenario. "Patadas" nos enfrenta a una sociedad en la que lo único que importa es meter o que no te metan un gol. El texto de Álamo afila sus armas para hablar de un ser en el límite; con ironía pero con bisturí implacable, retrata los miedos del portero: al gol, a sus propios compañeros, al equipo rival, al míster, al público que vocifera desde las gradas, etc... Miedos que son trasladables a cualquier persona en un momento determinado. La toma de decisiones en el mundo en el que vivimos muchas veces no tiene vuelta atrás y se pagan los errores cometidos con creces. El símil viene como anillo al dedo: la vida es un partido de fútbol y en los momentos críticos dependemos de nosotros mismos, igual que el portero ante un penalty.











"Patadas" es una obra muy frágil donde la precisión y la concentración del intérprete lo es todo. Ese día Josu Eguskiza lo bordó, se dejó llevar. El estado emocional de la obra exige mucha energía, mucha capacidad de arriesgarse. Lograr tocar entretelas y merecer la identificación del espectador con el personaje, es algo poco habitual en el teatro de hoy en día que antepone el texto a la acción dramática. No es el caso. Un solo actor bastó para dar sentido al juego teatral, para dar carne a un texto que corría el riesgo de eclipsar cualquier otro elemento. La labor de Ramón Bocanegra de arbitrar un diálogo entre aquél, las evoluciones de Eguskiza, el espacio escénico, la ilusión de un campo de fútbol y una pelota inexistentes y los demás elementos de la puesta en escena -hemos de subrayar el espacio sonoro- ha sido muy acertada. Así pudimos navegar sin problemas y con el uso de nuestra imaginación por el universo escénico propuesto.





Laila Ripoll.Vivo o muerto.


Ayer miércoles, 27 de enero de 2010 se celebró en el Teatro Echegaray de Málaga, dentro del Festival de Teatro la lectura de “Atra Bilis”, de Laila Ripoll. Encontramos un colaborador algo despistado que pasó por allí buscando a alguien y al final se quedó a oír el debate de cuatro mujeres que moderaba Norberto Rizzo. Se trataba del alter ego de Angél-i-ca Gómez que, haciendo referencia a la película* "El corazón del ángel", novela su crónica.

Foto: Las cuatro actrices en la lectura.






Letras de Teatro / Comentario de Ángel IK
Fotos: Braojos

“Atra bilis”, líquido negruzco procedente de la putrefacción postmortem… el tema me interesaba. Busco a Johnny Feivorit y no sé si está vivo o muerto. Mi cliente me ha enviado un cheque con 5.000 dólares para que lo busque por las calles de Málaga por eso me metí en el Teatro Echegaray, a ver si daba con sus huesos y porque he oído decir que al teatro malagueño le pasa como a Feivorit, no se sabe si respira o si ya ha dado la última bocanada.


La verdad es que pensé que me metía en un congreso de forenses o algo así y me encontré con una lectura dramatizada de 10 minutos de una obra muy premiada de Laila Ripoll.


Pepa Zabala, Lucía Alfaro y Laila Ripoll.


Como llegué media hora antes aproveché para echar un vistazo en la librería echegaray. Rebusqué entre los vinilos con la esperanza de encontrar algún disco de Feivorit. Ni uno. Era de esperar. Encontrar una grabación de Johnny en Málaga es como pretender ver la obra de una compañía local en el Cervantes. Por suerte, mereció la pena la visita a la tienda. Sonaba jazz y me perdí un buen rato entre ediciones curiosas.

Después de un cigarrillo bajo la lluvia pasé a la sala. En el escenario, 4 actrices leían un fragmento de la pieza teatral. Los personajes discutían delante un muerto. Se enfadaban, tenían malas pulgas. Las actrices, destacando a Elena Somodevilla, llegaron a ponerme la carne de gallina, como que hubo momentos en los que creí verle la cara al cadáver mientras una señora de pelo corto y cano parecía tragarse la risa para no molestar al auditorio. 

Maite Serrano, Elena Somodevilla y, al fondo, Norberto Rizzo.

Luego hubo un debate que yo creí que sería de teatro. La garganta me pedía a gritos una birra, así que opté por buscar a Johnny en algún tugurio y cuando a punto estaba de levantarme me di cuenta de que el ruego de preguntas tomaba otras tintas. El moderador, Norberto Rizzo –un tipo simpático con flequillo a modo de parche tapándole un ojo- no lo hacía del todo mal. Intentaba caer bien a la audiencia, entretenerlos un rato, en verdad parecía sacado de un programa de la tele que no es ni informativo ni educativo, ya saben al tipo de programa al que me refiero. 

Pero aquello empezó a girar sobre cuestiones feministas. Una de las actrices que había intervenido en la lectura, Maite Serrano, le reprochó a la autora haber escrito un texto que refleja un mundo sórdido femenino, donde las mujeres se pelean un por un hombre y que por qué no escribía sobre las mujeres que en la actualidad se toman la vida de otra manera, vamos que le vino a decir que la profundidad de esa España o esa Andalucía que Lorca retrataba pues que ya ha cambiado bastante y que va siendo hora de que el público se entere.

Yo, que es la primera vez que asisto a un Festival de teatro y que como les he dicho antes busco a un tal Johnny Feivorit, comencé a anotar frases y términos que allí se decían:

“Que al caer la República hubo muchas mujeres dramaturgas que se vieron forzadas al exilio”.

“Que la mayoría de las personas que forman un jurado de premios a textos dramáticos son hombres”.

“Que la censura sigue existiendo en la actualidad en España”.

No sé si estos datos me van a ayudar a encontrar a Feivorit, nunca se sabe. Al menos me hicieron reflexionar un rato. Porque ¿Qué pasaría si los jurados fueron mayoritariamente femeninos? ¿Se premiarían las mismas obras? ¿De qué hablaría el teatro en España? ¿Y si los programadores fueran también mujeres en su mayoría? ¿Cambiaría la programación que viene anualmente a una ciudad? Porque…¿Cuál es exactamente la función del teatro en la actualidad? ¿Sigue siendo social o es mero entretenimiento? Y otra cosa, a ver si alguien me lo puede explicar ¿Para qué sirve un festival de teatro?

Al fin y al cabo sé muy poco de Johnny ni siquiera mi cliente, empeñado en encontrarlo, lo conoce. Su nombre puede ser un seudónimo y puede que hasta sea una mujer. Lo curioso es que mis pasos me metieron de antro en antro aquella noche y que en uno de ellos encontré una pista, la primera pista.

En una de las paredes de un bar había un viejo cartel, un cartel que anunciaba una representación de teatro en los años 70. Entre el elenco pude comprobar que se encontraba J. Feivorit. Sospecho que a partir de ahora voy a seguir pateándome los escenarios, tal vez llegue a convertirme en un experto o tal vez me enamore de un bonito rostro o quizá acabe escribiendo algún sainete aunque esto ya está pasado de moda, ¿no?



El cárabo también estuvo allí y tiene que hacer una observación:
Como cuenta Angélica Gómez, en ese debate se oyeron cosas llamativas, como la afirmación de la autora justificando por qué había escrito una obra de mujeres octogenarias para que la interpretaran hombres, en concreto los actores de la compañía Micomicón. Ripoll explicó que, según ella, era dificil encontrar actrices de ochenta años para interpretar "Atra Bilis" y esa era una de las razones para hacer un reparto masculino... (...)

Por lo que yo puedo deducir entonces, un hombre de cualquier edad puede encarnar a una mujer anciana pero una mujer no.

El cárabo con una vieja amiga, Ángeles Castro.


*La película responsable del alter ego de Angélica Gómez

Harry Angel, un detective privado de Nueva Orleans, es contratado por un misterioso cliente para que encuentre a un hombre desaparecido. Conforme avanza la investigación se suceden extrañas muertes, al parecer relacionadas con la magia negra y el vudú, y que implican a Harry de una manera cada vez más personal.

miércoles, 27 de enero de 2010

Expectación para ver el musical malagueño

Soul divertido y trepidante en 

"Do you love me?" 


   En el Teatro Echegaray de Málaga se abre el telón a la cuota malagueña del Festival 
   de Teatro de Málaga. La avalancha de espectadores que quieren ver el musical ha
   obligado a la organización a comenzar con una función más. Desde mañana hasta el
   sábado se podrá ver el reestreno del espectáculo escrito por Laura Insausti y Javito


Mañana día 28 de enero, a las 21.00 horas, se podrá ver en el escenario del Teatro Echegaray de Málaga y dentro de la programación del XXVII Festival de Teatro la historia de Queenie y Jay contada y cantada por Laura y Javito. La nueva cita se añadió hace una semana a las ya programadas de los días 29 y 30 (21.00 y 20.00 respectivamente), y todo el papel puesto a la venta para dicha función también se agotó rápidamente.

Do you love me? Un romance con mucho soul, segundo musical del certamen escénico del Cervantes, es un proyecto de la conocida banda Free Soul Band y de Laura Insausti, que acaba de triunfar en el Echegaray junto a su banda de swing Dry Martina. En la obra, Queenie y Jay tienen un romance secreto, nos recuerdan en sus voces y personalidades a James Brown y Aretha Franklin y cantan sus aventuras y desventuras a golpe del mejor soul. Laura Insausti encarna a Jay Blax, Javito Vela a Queenie Brown, y sus evoluciones en el escenario están coloreadas por la compañía de baile La Tentempié Total y por Free Soul Band. Con ello está dicho que estamos ante un musical de factura cien por cien malagueña pero con cimientos en la mejor música negra.

Free Soul Band

Free Soul Band, creada en el año 99 como alternativa al grupo de funk-rock Duty Free, está calificada como la mejor banda de ‘soul’ de la Costa del Sol y sus músicos han formado parte de muchas de las formaciones musicales más significativas del panorama andaluz.

CERRAR ABRIENDO

Crítica de música/ Pedro Barrientos

7º Concierto del 16º Ciclo de Música Contemporánea de Málaga





Lugar: Teatro Cánovas, lunes 25 de enero de 2010

SPANISH BRASS
LUUR METALLS

Obras y Compositores :

El vuelo del viento………Antón García Abril
Septeto para cinco……….Jesús Villa Rojo
Detrás de los árboles…….Tomás Marco
Caballeros andantes……...José Vicente Egea
Collage…………………...Vicente Roncero
La escalera de Jacob……..Pilar Jurado
Phoenix…………………..Zulema de la Cruz


La crítica.

Muy oportuno leer el programa de mano del 7º Concierto del 16º Ciclo de Música Contemporánea de Málaga donde el compositor Antón García Abril se expresa de la siguiente manera : “La creación en si es un misterio, al menos mi forma de verla. Por eso estudio rigurosamente cada paso que quiero dar. Es la propia obra la que me conduce, imponiendo sus propias exigencias”. Acertadas pistas para desovillar madejas.

Sentados cómodamente nos dispusimos a escuchar la primera obra del programa “El vuelo del viento”, de García Abril. Nos mantuvimos expectantes, ya que el título de la obra, de por si, avalaba ciertas decisiones que caracterizan a los artistas soñadores, aval que en el arte es imprescindible. El mismo García Abril “se remanga los puños” al expresar sus propios comentarios sobre esta obra, aludiendo a “relaciones sensibles” entre la poesía y el aire que emana impulsado por el corazón de los intérpretes, otorgando vida al corazón de los instrumentos.

Viento impulsor. A veces se vuela para tocar el cielo, pero el firmamento no se deja acariciar por todos. Intermitentemente arisco.

Primera ráfaga donde el sonido generado por los Spanish Brass Luur Metalls despliega un retal de terciopelo en nuestros oídos, disculpen por tanta melaza, pero no desdeñemos los sabores dulces de nuestros sentidos, sirven para equilibrar el antagonismo a veces tan agrio. Los golosos nos caracterizamos por sublimar la gula. Poco se puede escuchar a un grupo de viento-metal que aporte un sonido tan envolvente y pulido, son realmente extraordinarios intérpretes. De agradecer son los comentarios previos a cada interpretación; ofrecía humanidad a algo tan natural como un concierto de música contemporánea.

La obra de Jesús Villa Rojo “Septeto para cinco” responde, según su autor, a una reelaboración del concepto instrumental del septeto, aplicado a un grupo de cinco intérpretes con las capacidades superdotadas del Spanish Brass. Villa Rojo extrae algo de la música que pocos logran . Esta apreciación quiere emparentar un sentido formal de la construcción con la intuición, y esto no se define por parámetros mensurables. Mozart o Haendel también lo aportaban. La obra rebosa vida, que emana de un artífice brillante como su propia cara delata.

Mas interés suscitado cuando leímos el titulo de la siguiente obra de Tomas Marco Aragón “Detrás de los árboles” y el posterior comentario del autor : “Una obra de arte no tiene mejor comentario que otra obra de arte. Aunque sea un arte distinto”. Empezamos a ser conscientes de que fue premeditado el unir a los tres primeros compositores de las obras de la primera mitad del concierto, como aglutinante de unas formas que hacen historia merecidamente. Ellos, ya están insertos dentro del nutrido grupo que tiende la mano a cierta dimensión que ayuda a bajar los escalones a estos jeroglíficos con equipaje.

Por no dar paseos sin ton ni son, las obras “Caballeros andantes” de José Vicente Egea y “Collage” de Vicente Roncero sirvieron de interludio a las manifestaciones contrastantes de lo que sonó después. El concierto estuvo dividido en tres cámaras cerradas.

Creo que “La escalera de Jacob” de la compositora y cantante Pilar Jurado abrió una brecha en algún componente del público. Escuché en algún asiento de atrás ¡Que cara!

Ejemplo vivo que corrobora alguna de las apreciaciones que hice en mi primera entrega “Todo correcto y...” Esta reacción ingrata demuestra el estado de algunas cosas y pone a Pilar Jurado en un punto de partida prometedor. El lenguaje de Pilar toca en carne viva. Nadie podría negar el poder de su afilado corte. Para tranquilidad de los heridos, diremos que su hoja ha sido desinfectada por años de trabajo y kilos de sinceridad y generosidad. Bien es verdad, como siempre, que los damnificados son siempre los mismos. No se preocupen que sanará.

“Phoenix” de Zulema de la Cruz con soporte de grabación electroacústica, marcaba un ritmo frenético consonante con el sentido alegórico de su doble significado: constelación del hemisferio sur y ave mítica que resurge de sus cenizas. Fuerzas de la naturaleza y fuerzas de la vida.

Este universo inexplorado a penas deja extraer del aire una sola mota de polvo; más aún, diría que nos queda cegarnos con los vientos arenosos del desierto.

Ante tal perspectiva, una reflexión superficial que quizás no venga a cuento pero la haré. Es referente a esta última tendencia ibérica que se entretiene en poner sexo a la música o en denominar “música de mujeres”. Mala costumbre puramente política que pone límite a la longitud de las alas y que no tiene nada que ver con la lluvia de ideas, yo pienso que viajamos con el mismo boleto. Mujer y hombre conforman la viga que soporta el pensamiento, eso es lo que digo y vamos a dejarnos de divagaciones.

En medio se abren abismos que nos tambalean, audaces somos.

Por de pronto, la soledad del creador alivia la soledad de mi yo espectador.



martes, 26 de enero de 2010

Mi Vida... ¿La vida?

Crítica de teatro/ Miguel A Barba
XXVII Festival de Teatro de Málaga

Las fotos son de Daniel Pérez / Teatro Cervantes

Lugar: Teatro Echegaray, sábado 23 de Enero de 2010.
Obra: Mi vida. Biografía Musical.
Autora el intérprete: Hanna Schygulla.
Piano: Stephan Kanyar.
Dirección: Alicia Bustamante.

Este fin de semana, el Teatro Echegaray nos citó con la historia, con la memoria. Una diva, una actriz de culto no muy conocida en España por el gran público; al margen, claro está, de los amantes del cine diferente al comercial, del cine de autor.

Hanna Schygulla, que trabajó con Fassbinder o Win Wenders, con Jean-Luc Godard, Marco Ferreri o Carlos Saura, vino a sus 69 años a los escenarios para contarnos como le ha tratado la vida, la sociedad, qué sintió en aquellos momentos importantes de la reciente historia en los que ella era una niña o una adolescente rebelde, una joven brillante promesa o una realidad del celuloide, su época de gran admiradora de Beltor Brecht o de musa de Fassbinder adorada por todos, una hija dedicada al cuidado de sus padres enfermos durante más de una década de alejamiento de los escenarios y los platós o en su vuelta a los círculos culturales donde conoce a García Márquez, vive en cuba o en Brasil admira y comparte escenarios con María Bethánia y se enamora del tango, la música brasileña, el son...

La actriz polaco-alemana, afincada en París, se presenta con toda la sobriedad posible sobre el escenario, acompañada de un piano y un pianista. Su silla, su micrófono y su intimidad.

Concentrada comienza a desvelarnos sus más recónditos secretos y nada mejor que el origen de todo: qué oía desde el vientre de su madre, primera canción alemana de su infancia. A ésta se sucedieron toda una representación de melodías de la Alemania nazi, de canciones infantiles y de temas recurrentes de la época.

Schygulla se confiesa y, progresivamente, va dando a conocer aspectos de su vida que en algunos casos tuvieron que ser difíciles de escribir y describir.  Cuando, subida en el último tren hacia un campo de concentración que no sale por problemas eléctricos, acaba la guerra, una guerra durante la cual su nombre, Hanna, levantó suspicacias entre los nazis por ser un nombre típico judío, por lo que su familia pasó por más de un contratiempo. Una canción de Mahler daba paso al primer gran cambio de su vida.

La muchacha joven que se traslada a París y trabaja de camarera. Que repudia su pasado, su cultura y su identidad alemana, que se llena de Edith Piaf, Bill Haley, Elvis, Dylan, Beatles, Lennon, Rolling y Janis Joplin y que vuelve a su Alemania aún catatónica y cubierta de escombros y donde recupera algo de su germanidad gracias a personajes como Beltor Brecht, de quien interpretó algunas canciones.

Momentos de emoción intangible: todos a quienes admiro, amo, sigo... nos dejan pronto. ¿Será un sino, una señal...?


Hanna, un torbellino de la palabra, toda quietud en escena. Una voz por momentos dulce y entonada, otros desgarrada y atonal, con finales imposibles para su voz, que solventa gracias a sus grandes dotes interpretativas. Toda la actuación hubiese tenido una gran atmósfera intimista, de susurro a veces, de confesión, de tú a tú, de emotividad compartida. Podríamos haber sido transportados como en un hilo, casi de puntillas por su vida. Pero el público se “empreñó” en convertir todo esto en un concierto de pop rock y cada vez que se creaba una atmósfera preciosa, comenzaban una retahila de aplausos que, en muchas ocasiones, ni siquiera dejaron oir los finales del piano. 

Pero bueno eran sus incondicionales y la jaleaban, aplaudían y coreaban, eso sí, bajito. Y que, mientras cantaba o nos contaba las cosas de su vida, guardaba un silencio compugido y un tremendo respeto por esta señora que se atrevía a decirnos cómo lo pasaba en esos tiempos en los que, alejada de todo, se dedicaba a su madre primero durante diez años y, tras su muerte, a su padre otros tantos.

Estábamos en la segunda parte y el teatro se abrigó con un velo de añoranzas y melancolía, Hanna nos subía y bajaba el ánimo a su libre antojo hasta que se descubrió por completo. Los guiones que García Márquez pone en sus manos para interpretar en Cuba y la música latina que la arropa muchos años y que compartimos con ella a ritmos de tango, bolero y samba.  Los recuerdos de su amistad con María Bethánia, tangente entre la música, la literatura y el arte dramático, otra formidable artista sin mucha repercusión fuera del mundo lusófono. Esta última parte quiso compartirla con el público hablando en español.

En plena catarsis emocional nos dejó con un desgarrado blues y demostró una vez más su variedad de recursos y sus grandes dotes para adaptar cualquier canción y hacerla suya. Como el buen y completo pianista que la acompañó. Como todas las personas que nos quedamos al final perplejos porque lo que en principio iba a durar una hora y media, aproximadamente, se convirtieron en dos horas y media.
Un tiempo que sirvió para que muchos la conociéramos mejor y otros la recuperaran para siempre.

A veces ¡qué poco es necesario con una artista tan completa como ella misma, con todo su bagaje de vida y de experiencias, para llenarnos por completo durante mucho tiempo!

Y nos hubiera gustado que nos hubiera contado qué pasó después de...

lunes, 25 de enero de 2010

Esto no es jazz

Crónica crítica/ Miguel A Barba
6º Concierto del 16º Ciclo de Música Contemporánea de Málaga



ORQUESTA DE CÁMARA IBÉRICA


La crónica crítica


El viernes 22 asistimos al sexto de los conciertos del 16º Ciclo de Música Contemporánea de Málaga, que este año gira en torno a la figura y la obra de Tomás Marco Aragón autor que, si bien no es del gusto de todos los seguidores de este tipo de música, si es de los más laureados y de los más seguidos por sus incondicionales.

Una de sus piezas abrió el programa de la noche y, sea por la frialdad que aún se palpaba, sea por su cortedad, el caso es que fue la menos aplaudida. Si lo fueron sus interpretes: la Orquesta de Cámara Ibérica, que en esta primera interpretación de la noche calentaron bien con una panoplia demostrativa de recursos, fruto de una partitura de Tomás Marco en la que faltaban muy pocos de ellos: estacatos, pizzicatos y toda una lluvia de glisados que alfombraban la obra en la que hubo espacios sonoros muy interesantes en los que la cuerdas llegaban a mostrar unas sonoridades estremecedoras. Hubo hasta quien buscó en algún momento dónde se ocultaba el sintetizador, dado que en determinados fragmentos los timbres alcanzados, junto con una forma de plañir el instrumento sumamente pianísima y delicada consiguieron sonoridades que parecían más bien sacadas de la electroacústica.

Sin duda la parte más aplaudida fue la segunda, en el que la orquesta nos interpretó una obra de Leonardo Balada dedicada precisamente a ésta. No sabría definir si el aplauso respondía más a Caprichos nº 5, Homenaje a Albéniz, o al virtuosismo y gran trabajo de interpretación del violonchelista Aldo Mata.

Si bien algunos “más puristas” de la música contemporánea no terminaban de apreciar en su totalidad los atrevimientos de Balada por “abusar” de las melodías excesivamente reconocibles o de hacer una partitura a partir de fragmentos de acompañamientos o melodías del genial autor español. Lo cierto es que los menos allegados a lo contemporáneo musical o menos entendidos en estas lides y sutilezas, agradecen o quizá debería decir, agradecemos este tipo de guiños y juegos con algunos de los grandes así como el uso de acordes y variaciones o secuencias rítmicas conocidas y por lo tanto atrayentes de nuevo público que deben su acercamientos a estas músicas a estos tipos de aventuras musicales. Obra muy rítmica y brillante, con grandes dosis de virtuosismo. Muy bonita al tiempo que, a veces, vertiginosa.


Aldo Mata

La interpretación final, solo de cello de Aldo Mata, fue lo más aplaudido de la noche. Virtuoso, certero, lírico, rítmico, suave, potente, acordes, glisados, melodías, contraritmos, sonoridades..; fue una demostración de virtudes y de técnica instrumental al tiempo que no faltó esa sensibilidad y emotividad que todas las personas asociamos con este instrumento. Realmente evocadora.

Yo estaba sentado hacia atrás y al fijarme en las siluetas del público me llamó poderosamente la atención ver algunas cabezas siguiendo las apariciones sinuosas de notas y melodías de La Tarara.

Balada es un gran amante de experimentar con y rebuscar entre las melodías populares y/o antiguas.


En el descanso se oían comentarios de todo tipo pero me quedo con uno: estas piezas e interpretaciones hacen público. Acercan nuevos adeptos. Superábamos escasamente la treintena de espectadores.

Componían la segunda parte una obra de Tomás Marco que me acercó en algunos pasajes, al mundo de las músicas minimalistas, de la new age y los arpegios reiterados que a mi personalmente, me encantan. Una composición de Consuelo Díaz, Geometría del agua, a la que yo atendí especialmente por estar inmerso con taller e-ideas en una performance titulada “Sé Agua”, para la cual nos interesa aprender de todos las maestras y maestros a los que podamos ver y oír.

Si bien es cierto que no encontré muchas sonoridades que me transpusieran o sugirieran relaciones con el líquido elemento si encontré momentos brillantes y sobre todo, inquietantes. El hecho de no encontrar dichas evocaciones o emociones relacionadas con el agua también pueden venir de mi predisposición a oír determinadas sonoridades o formas de interpretar con los arcos. Díaz fue muy aplaudida al subir a saludar con la orquesta.

Como final de la noche el propio director de la orquesta nos reinterpretó sus Cartas Íntimas. A Tomás Garrido hemos de agradecerle el que sea un músico, interprete, compositor y director que no quiere redirigirnos, antes de que oigamos su obra, hasta universos paralelos del tipo: “con esta composición pretendo desarrollar una alegoría hiperbólica sobre la hipotenusa cóncava del pollo de corral y la serpiente de cascabel cuando cantan a la cascada nocturna de gotas de alas de hadas con un rondón y un minueto electrocardiográmico... podría seguir toda la noche explicándolo pero prefiero que sea mi público quien lo adivine por sí mismo...”

Garrido nos interpreta su obra y nos deja que seamos personas escuchantes, receptoras e interpretadoras de su música. No nos dice de antemano lo que tenemos que sentir o interpretar y mucho menos tiene que explicarnos lo que hace y porqué lo hace. El público sabe perfectamente lo que siente, lo que le emociona y lo que no. Por ello, y a decir de muchos de quienes asistimos, gracias por dejarnos la libertad de sentir, pensar... y llegar por nosotros mismos a la conclusión de que tu música nos gusta por ella y no por lo que supone que deberíamos entender.

Desde mi opinión, una buena exploración de las diferentes sonoridades que pueden brindarnos los instrumentos de cuerda en sus formatos reducidos de quintetos o de orquestas de cámara. Me gustaron especialmente, a parte de brillantes fragmentos cargados de virtuosismo no gratuito, la experimentación y juegos de disonancias contrarítmicas entre el contrabajo y los violoncellos.

Otra buena noche de música. Que para algunos pudo quedar un poco corta en cuanto al riesgo de la composición. Un espectador hablaba en la puerta con un grupito y preguntaba: ¿porqué nunca improvisan...? y una mujer le contestaba: es que, esto no es jazz...


Antesala del Teatro. Tomás Marco, autor homenajeado y Fernando Anaya, organizdor del ciclo aparecen en la foto.
Foto de Miguel A Barba. 




domingo, 24 de enero de 2010

Pura impostura

Crítica de teatro/ José Antonio Triguero.
XXVII Festival de Teatro de Málaga.




Lugar: Teatro Cervantes, 22 de enero de 2010.
Obra: Fedra.
Version: Juan Mayorga sobre Eurípides, Séneca y Racine.
Actores: Ana Belén, Alicia Hermida, Fran Perea, Chema Muñoz, Javier Ruiz de Alegría, Víctor Elías.
Dirección: José Carlos Plaza.

Que una productora como PENTACIÓN haga propuestas clásicas es como mínimo poco ilusionante y que ponga al frente de esa apuesta a Juan Mayorga y a José Carlos Plaza abre un gran signo de interrogación sobre hasta qué punto los artistas no forman parte de un "lobby" en el que el teatro sale perdiendo. Lo digo porque pocas obras de esta productora tienen como objetivo otra cosa que no sea la de llenar teatros sin más ilusión que el "taquillazo". Así que no es raro que la teatralidad, cualidad que se presupone implícita a la tragedia, se pierda en banales intentos seudo-conceptuales.

Que la palabra sea la acción misma del espectáculo no es tan fácil, ni todo el mundo es capaz de conseguirlo. Quizás para este empeño el texto no sirva, un texto que Juan Mayorga ha escrito con delicadeza, desnudo de ampulosidad, de clasicismo, un texto actual que merecía una puesta en escena también actual, que no moderna.

En lugar de ésto, nos encontramos con una interpretación exagerada, apenas sin movimiento escénico cuando se declama, con lo que resulta una especie de ritual del engaño que va más allá del engaño que supone ya de por sí una representación. Y es así porque los personajes no parecen salidos de la misma obra.

Exceptuando el principio, en el que la química entre Alicia Hermida y Ana Belén produce en el espectador sensaciones e interés, el resto de la obra no llega, la cuarta pared es de cemento, las palabras rebotan y vuelven a los actores sin pasar por el patio de butacas. A partir de que Hipólito quiere marcharse, la obra cae en picado hacia el aburrimiento, ajena a los espectadores que al final aplauden fríos y respetuosos ante un elenco de calidad pero que no transmite nada por el engolamiento con el que está dirigido, a pesar de un texto y una escenografía que van por otro lado.

Alicia Hermida, interpretando a Enone, la sirvienta de Fedra fue con mucho la mejor, con un habla más acorde con el texto de Mayorga, sin exagerar un ápice y con una convicción austera y verosímil, a pesar de la rapidez con la que hablaba, indicación que suponemos es responsabilidad de José Carlos Plaza, quizás para dar tiempo a que los dos protagonistas se excedieran en sus exhaltaciones.

A pesar de la gran profesionalidad de Ana Belén, esos gestos y delirios clásicos no le hacían ningún favor, antes al contrario, le propiciaban una frialdad y un alejamiento en la carnalidad de su personaje.
Aunque es creíble en sus evoluciones, no nos llega a emocionar.

Fran Perea hace un trabajo encomiable y laborioso pero no es el tipo de actor para ser expuesto en una propuesta tan desnuda, falta de resortes y apoyos tangibles para elaborar su personaje. Daba la sensación de no estar dirigido, o bien dirigido. Su voz no pertenecía a su cuerpo, el espacio vacío pesaba demasiado para él y tenía que aferrarse a poses redundantes y declamaciones de un actor que se oye y se gusta a sí mismo en demasía.

En todo esto, la voz amplificada no era una ayuda, dando la impresión de que estaban doblados, así que la organicidad de los actores no la pudimos apreciar, si es que existía.

En resúmen, lo mejor es el texto. No sé si esto es un handicap a veces para que se produzca un buen montaje, el listón que ha puesto Juan Mayorga es tan alto que en ocasiones, hubiera preferido una lectura más neutra que no entorpeciera el disfrute de las medidas palabras del autor madrileño.

Al calor de ésto, la puesta en escena resulta demasiado obvia, el fondo rojo llega a ser más potente que lo que eran capaces de transmitir los propios actores.

sábado, 23 de enero de 2010

Antonio Alamo, un autor con músculo



Letras de Teatro / Comentario de Maite Serrano
 
Foto: Braojos



El pasado Sábado 19 de enero, tuvo lugar una lectura dramatizada con motivo del XXVII Festival de Teatro de Málaga del texto "Yo Satán " de Antonio Álamo a cargo de los malagueños Manolo Salas, Paco Inestrosa y Sergio Ocón, que pusieron con sus voces el texto sobre las tablas del Teatro Echegaray. Antonio Álamo es un dramaturgo y escritor que ya había participado el año pasado en este mismo ciclo. 

La obra, "Yo Satán" surgió de un viaje a la India que el propio autor realizó en 1990. El Dalai Lama, ante una congregación de budistas expuso que no estaba seguro de ser un iluminado. Dudó. Y puesto que en la filosofía budista "dudar de todo" es moneda corriente, las personas allí reunidas no se sorprendieron de ese discurso filosófico, más bien lo esperaban.

De este aconecimiento surge la idea de escribir una novela titulada "Nata soy" que es un palindro de "Yo Satán". De ahí la idea de un Papa que dijera cosas en contra de la doctrina católica; puesto que los Papas pueden hablar ex-cátedra, todo lo que dijera se puede contemplar como verdad. El autor protagonista de esta lectura visitó Roma y el Vaticano en una estancia de cuatro meses, para tratar de entender las jerarquías y le abrieron la puerta grandes personalidades eclesiásticas.

Hablar de la Iglesia en un país como el nuestro aún crea controversia, pues sigue siendo un tema difícil dado que forma parte de nuestra cultura, amén de ser un gran poder. 

Pasó de la novela al teatro por pura intuición y renunció a muchos personajes en su adaptación escénica, pero al mismo tiempo, la historia quedó mejor estructurada y el final fué más concluyente.

Antonio Álamo afirmó que prefiere escribir a dirigir, así la obra "Los borrachos" la dirigió el también autor Alfonso Zurro. Manifestó que, según quién la dirija, puede empobrecer o engrandecer la obra. Sus piezas teatrales tienen un paralelismo con el poder; en la obra antes citada se habla del poder científico y en "Yo Satán" nos encontramos con el poder religioso. 

Opina el autor que actualmente los escritores están en departamentos estanco; los poetas, los ensayistas, los novelistas, los dramaturgos, etc... Por ello destaca a personajes como Shakespeare.

A la hora de escribir piensa que no existen fórmulas y que una historia puede provenir de una conversación tomada de la calle, de una sensación, de un desamor, etc... La autora o el autor debe tener las antenas despiertas en el aire.

Para escribir teatro considera que hay que ser muy técnico y frenar la creatividad puesto que la dramarturgia tiene unos principios difíciles de violar y de realizar.

Álamo contó su experiencia cuando trabajó en un siquiátrico penitenciario de Sevilla en el que participó en terapias y mantuvo cincuenta entrevistas. Para él el trato con el personal y los pacientes fué increíble y al final montó una obra con los internos.

Él asevera que el público es importante a la hora de escribir, que hay que "cogerlo por el cuello" desde la primera frase y no soltarlo hasta que termine la obra. Dice que cuando está escribiendo hay veces en las que no sabe lo que está contando hasta el final, en una especie de viaje emocionante.

Ante la necesidad de ser leído expresa que es descorazonador cando una buena obra pasa desapercibida. Pero la situación ahora no es peor que antes. En la época de Cervantes o en el siglo de Oro, el setenta por ciento de la población era analfabeta y, sin embargo, escritores y escritoras no desfallecían. Confiesa que él ha tenido suerte, pues con algo más de veinte años ya publicaba.

A la pregunta del público sobre si se nace autor, contestó tajantemente que no, que para conocer algo hay que amarlo. Cuenta que un día se puso a escribir y que las tres primeras novelas eran muy malas, no nació sabiendo escribir. Flaubert definía el talento como pasión. En las obras de Antonio Álamo hay un punto irónico que las hace pesimista y que permite esbozar una sonrisa ante un situación dada.

Este joven autor cuyos textos dramáticos se han representado en su totalidad confiesa que cuanto más músculo y acción y menos grasa tenga una obra, mejor funciona. Por esa razón, el trabajo importante del escritor es podar y quitar. Según Hemingway el mejor instumento para el que escribe es la papelera.

Entre sus muchos referentes sugiere a Cervantes, Unamuno o Kafka. A la pregunta del moderador y responsable del ciclo Norberto Rizzo sobre las mujeres escritoras, reconoce que no se acuerda de ninguna, aunque cita a Jean Bowles. También admite que sus obras son siempre de hombres con la excepción de "Chirigóticas" un espectáculo que dirigió.

El dramaturgo cordobés sabe que vivimos en un mundo machista y que el arte ha sido propiedad de los hombres, así como las estructuras. En la historia hay muchas autoras que han firmado con el nombre de sus maridos, aunque afortunadamente este panorama está cambiando.

También señala que en el mundo católico predomina la jerarquía de raza blanca mientras que la mayoría de sus clientes son de otras razas.

También tuvo tiempo de manifestarse sobre la SGAE en el sentido de que deben tener un límite y subraya que se comportan como recaudadores de impuestos, un exceso, ya que son una organización privada.

Alfredo Taján, colaborador del ciclo y responsable del Instituto Municipal de Libro, intervino para ir más allá, comentando que vulneran el hecho de la propiedad intelectual y que solo se benefician los más vendidos.

viernes, 22 de enero de 2010

De religiones varias




Crítica de música/ Pedro Barrientos

5º Concierto del 16º Ciclo de Música Contemporánea de Málaga


Trino Zurita. Foto: Luis Castilla.

Lugar: Teatro Cánovas, MIércoles 20 de Enero de 2010

GRUPO ENIGMA Orquesta de cámara del auditorio de Zaragoza
Director : JUÁN JOSÉ OLIVES
Solista : TRINO ZURITA (Violoncello)

Obras de :

CARLOS CRUZ DE CASTRO………Ofrenda a Miguel Hernández
TOMÁS MARCO…………………….Laberinto marino
JUAN JOSÉ OLIVES…………………Variaciones sobre un tema de Alban Berg
JORDI CERVELLÓ…………………..Dos movimientos - Andante
  • Allegro – Studio







Me sobra el corazón.

Hoy descorazonarme,
yo el más corazonado de los hombres,
y por el más, también el más amargo.

No se porqué, no se porqué ni como
me perdono la vida cada día.

Miguel Hernández



Las cosas sencillas están llenas de respuestas. Cuantas veces hemos escuchado que el cerebro humano es un conglomerado de ramificaciones imposibles de determinar, con millones de conexiones laberínticas que portan un tocho de información neuronal a este hormiguero inmenso que se esconde detrás de nuestros ojos. Sin embargo es extraño que permanezcamos ciegos ante cosas muy simples.

Hay que ver lo que puede hacer en la caja de sensaciones que atesoramos, un cromatismo descendente de violines en arco con un pedal ostinato del contrabajo en pizzicato, formulas escaladas ascendentes y descendentes, son una percepción matérica que predispone a salvar el archivo, aunque al final el ritmo Vivace y reexposición de la fórmula primera rompe el hechizo; Carlos Cruz de Castro lo quiso así en su “Ofrenda a Miguel Hernández”. La libertad es un bien sagrado.

Me viene a la memoria una conversación que mantuve con dos insignes compositores en un coche "cascarrioso" donde se mofaron de un comentario que hice con mi bisoña inocencia de estudiante de composición: “Una obra musical tiene que crear un ambiente que sugiera cosas”. Reconozco que hoy no lo hubiera expresado así, pero no cambiaría un ápice del trasfondo filosófico; y aunque mi comentario no fuera precisamente el de un ilustrado, mi persona “pardilla” inconscientemente sentenciaba: "...cuando una obra musical suena en el oído de alguien que quiere escucharla, hay una simbiosis que en principio solo es acercamiento de las partes"; es decir: dos comunicándose, independientemente de si el idioma que usan será comprendido o no. Luego nace la relación.

Recomendemos a nuestra inquietud reposar en las palabras que el gran genio György Ligeti repetía incesantemente en sus clases magistrales, IMAGINACIÓN, IMAGINACIÓN, IMAGINACIÓN, con una dicción y expresividad que ni el Eterno Peter Hammill hubiera declamado mejor. Seguro que ellos dos, “los insignes” no escucharon nunca con oídos atentos la palabra mágica que el gran Genio machacaba a la vez que se iluminaban las lámparas de sus ojos.

El compositor compone a veces compulsivamente por necesidad... ¿de qué?

Ni el mas profundo y enrevesado, cerebral e intelectual de los creadores se salva de los rasgos humanos mas primarios; por ejemplo, si se come los mocos en publico como he visto a alguno hacer y luego es capaz de componer una Obra de Arte, demuestra que lo elevado no esta reñido con lo mundano. Plantea un maremagnum de controversias súper-atractivas.

El “Laberinto marino” de Tomás Marco Aragón sonó unánime en las personas que nos congregamos el miércoles en el Auditorio Cánovas; y es que, lo que es, es. Además si tiene el honor de ser interpretada por Trino Zurita, la cosa torna en lo que fue la cara de su compositor cuando acabó la obra, me sugirió que Don Tomás pensó que se había hecho justicia con su trabajo. Junten ustedes una buena obra con un interprete excepcional y el resultado es tan eficaz como una apisonadora. El Laberinto esta planteado de forma parecida a las pautas que marcan los Cantus Firmus con posteriores desarrollos contrapuntísticos en las misas renacentistas, y es que a lo sublime hay que rezarlo.

El Laberinto marino Marquiano tiene mucho de épico, incluso esbozos románticos y expresionistas valientemente planteados; de agradecer es la ausencia de prejuicio, pienso que cuando se da en el blanco, la lluvia de flechas clava en todos los resortes, ¡qué mas da lo que parezca!

No hay duda de que Trino Zurita elevó al Supremo tal plegaria.  

“Variaciones sobre un tema de Alban Berg” de Juan José Olivés demuestra que el compositor conoce muy bien el lenguaje del Maestro vienés. Inserta un vals muy embriagador, delicioso. Se puede pensar que unas variaciones deberían apostar por añadir algo al mensaje del autor primero, aunque es justo decir que no todos los compositores se decantan por la opción de pisar suelos movedizos, la opción es libre, comprendemos que hay cosas que marean.

Escuchamos atentamente los “Dos movimientos” de Jordi Cervelló.
Es posible que en el 5º Concierto del 16º Ciclo de Música Contemporánea de Málaga, no se sintonizara con precisión esta obra y la magnifica interpretación del “Grupo Enigma” Orquesta de Cámara del Auditorio de Zaragoza , una agrupación muy sólida que difunde el repertorio contemporáneo de forma encomiable. Creo que hubo interferencias.

Cuando se hace una Ofrenda a un muerto, el aura del difunto visita el lugar de culto y si el pasajero a mejor vida, es alguien con la fuerza arrolladora de Miguel Hernández, entonces un leve soplo nos refresca la cara.

Querido Miguel... ¿Por qué hoy da tanto miedo lo trascendente?