Texo: José Manuel López Gaona
Miércoles 9 de Febrero. Echegaray. Clausura del ciclo.
Coordinación del ciclo y puesta en escena: José Antonio Triguero
Dirección de actores: Maite Serrano
Conducen las lecturas: actores de Síndrome Dario
Composición musical: Miguel A Barba y Pedro Barrientos
Equipo organizador: Pepa Zabala, Marina Devesa y Javier Braojos
“ODISEA CON TAXI” y “TSUNAMI” DE SERGIO RUBIO.
Intervienen:
Almudena Cobos, Maite Serrano, Pepa Zabala, Marína Devesa, Laura Sánchez Naranjo, Maria José Garrido Romanos, Blanca Barrientos López, Aitana Triguero i Roselló, Miguel A Barba, Ruth García y Pedro Barrientos.
Cuando acabó la sesión de teatro, la primera impresión que sentí fue de gran injusticia. Y lo digo porque el trabajo del músico Miguel Ángel Barba quedó eclipsado por Pedro Barrientos.
Miguel Ángel se ha comportado en este ciclo como un músico, en el sentido colectivo del término. Suyas han sido, tanto las composiciones como las interpretaciones de la música de casi todas las obras. Parte del éxito del programa han sido sus músicas. Se ha convertido en el Eric Satie ambiental, el que hace que la música, sin notarse que está ahí, haga que la obra fluya en el tono que quieren los directores.
Y hablemos de Pedro Barrientos. Creo que los que le conocemos, casi todos lo admiramos. Pedro ha compuesto para este “hecho teatral” una música increíblemente hermosa. La puesta en escena de la obra ha sido muy precisa; y ello tiene mucho valor porque la propia pieza son improvisaciones, muy trabajadas, pero improvisaciones.
Pedro es un músico que se mueve en códigos musicales muy contemporáneos, muy novedosos, muy creativos. No es un músico al uso que interpreta a Mozart –aunque supongo que también- sino que para él las estructuras de los sonidos no responden a los ya oídos; no. Sus composiciones surgen con riesgo de no ser entendida, por los que no tienen el oído educado y abierto a novedades. Su talento, cuando surge furioso, es inmenso, rompedor y te llega a las entrañas.
La acción teatral, pues no era una obra al uso, fue una apuesta por espectáculos teatrales vanguardista. Llegó a su culmen, cuando Pedro cantó un requiem a la muerte del muñeco de papel. Primero sonó una versión grabada y con un par de segundos de discordancia, la cantó él en el escenario. El efecto fue conmovedor. Yo no se lo que es la muerte de un ser próximo, pero después de oír ese réquiem, me la puedo imaginar. Puedo imaginar tanto dolor, tanto razonamiento vacuo, que no podrá mostrarse acertado para explicar eso, que alguien que quieres, ya no volverá a estar contigo. Grandioso Pedro.
Tenía la impresión de que todos los demás estaban eclipsados. Maite Serrano, la directora y actriz, hizo un trabajo que no se evaluar. Las alumnas de canto de Pedro, soberbias. La dicción de Laura le permite hacer entender lo que canta; hasta ese punto domina su vibrato.
Del resto de actores, decir que estuvieron magníficos. La trama de la obra un poco caótica. El propio autor dijo que la adaptación de su obra –bueno, de sus dos obras a la vez- había sido libérrima.
El espectáculo, mas allá de lo que te pueda decir, de lo que puedas entender, te deja un poso de regalo para los sentidos. Un escenario decorado con esmero, unas niñas, que más que adorno, trabajaron su papel. Ellas son el futuro, al que parece que despreciamos, sin darnos cuenta que, a la vez, despreciamos a los que los tengan que vivir. Luces, música, interpretación, pasión… toda una propuesta estética, muy alejada de lo que habitualmente vemos por estos pagos.
Cerraron el acto teatral los chicos de Sindrome Dario. Sus efectos fueron muy divertidos, aunque cuando lo repitieron, perdió parte de su fuerza de impresión.
Enhorabuena a todos. Ha sido un ciclo culto, ligero y vanguardista, pues para toda estas facetas hay materia entre los actores malagueños. Y el reconocimiento a Jose y Maite, que se lo han "currao".
Fue una noche inolvidable llena de emotividad y talento. Hecho por gente de Málaga. Una lección de buen hacer.Mi más sincera enhorabuena.
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