viernes 28 de enero, Teatro Echegaray
Guión, coreografía, escenografía y dirección Jo Stromgren
Actrices: Ulla Marie Broch, Marte Stolp y Hanne Gjerstad Henrichsen
Música: Mozart y Ruedi Krebs
Aforo: cerca de 120 espectadores
Por Meike Schönhoutte
Por segunda vez hemos podido disfrutar de la compañía noruega Jo Stromgren Kompani que nos visitó el año pasado con "The society" y una vez más no nos han defraudado con su nueva propuesta "The convent".
Esta vez el coreógrafo nos lleva a la Suiza profunda para hacernos participe de la rivalidad y la hipocresía de tres monjas en un pequeño convento, ante la dificultad de seguir el camino elegido y a la espera de unos milagros que nunca llegan. Las monjas se pierden en un interminable juego que se mueve entre el sadismo y el sarcasmo. La puesta en escena de Stromgren propone una mezcla de danz
a, teatro físico y canto, que rara vez se puede ver en tan perfecta armonía. Sobre todo la primera mitad del espectáculo es un no parar de sorpresas para el espectador y el humor inteligente del coreógrafo y director nos hace reír con las más bastas crueldades cometidas por las tres monjas. La segunda mitad se pierde a veces en el caos, que va aumentando desde el momento en que una de las hermanas descubre "el paquete" de su superior. Igual es allí donde el propósito de la obra, la critica del uso de las doctrinas como medio de represión, se desborda.
En resumen "The convent" nos propone una hora y cinco minutos de humor grotesco, con un
ritmo impresionante y repleto de sorpresas. Igual no es tan importante buscar la profundidad de la crítica, quizás lo que toca es disfrutar de un espectáculo inteligente que cumple con su propósito de hacernos reír, reflexionando sobre las imposibilidades del ser humano.
Esta vez el coreógrafo nos lleva a la Suiza profunda para hacernos participe de la rivalidad y la hipocresía de tres monjas en un pequeño convento, ante la dificultad de seguir el camino elegido y a la espera de unos milagros que nunca llegan. Las monjas se pierden en un interminable juego que se mueve entre el sadismo y el sarcasmo. La puesta en escena de Stromgren propone una mezcla de danz
a, teatro físico y canto, que rara vez se puede ver en tan perfecta armonía. Sobre todo la primera mitad del espectáculo es un no parar de sorpresas para el espectador y el humor inteligente del coreógrafo y director nos hace reír con las más bastas crueldades cometidas por las tres monjas. La segunda mitad se pierde a veces en el caos, que va aumentando desde el momento en que una de las hermanas descubre "el paquete" de su superior. Igual es allí donde el propósito de la obra, la critica del uso de las doctrinas como medio de represión, se desborda.En resumen "The convent" nos propone una hora y cinco minutos de humor grotesco, con un
ritmo impresionante y repleto de sorpresas. Igual no es tan importante buscar la profundidad de la crítica, quizás lo que toca es disfrutar de un espectáculo inteligente que cumple con su propósito de hacernos reír, reflexionando sobre las imposibilidades del ser humano.
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