Fanes y Plutón de Francisco Fortuny

A TELÓN CERRADO
Crónica de José Manuel López Gaona

Miércoles, 19 de enero de 2011.
Teatro Cervantes, Salón Rossini,

INFAUSTO- Federico Cassini
PENSAMIENTO- Paco Inestrosa
LOCURA-Natividad Sánchez
LUCIFER- Miguel Zurita
VENUS- Carolina Bassecourt
FANES- Rafael Castillo Vega
PLUTÓN- Fernando García Rimada

Fue una magnifica sesión de teatro. Tengo una amistad grande con muchos de los que intervienen en la obra, por eso mi crónica está escrita desde la admiración que profeso por el trabajo de José Antonio Triguero, la directora Maite Serrano, Pepa Zabala, Javi Braojos…. etc, gente por los cuales se ha puesto en marcha A Telón Cerrado. Yo soy poco aficionado al teatro, quizás por ello me han pedido que haga una breve reseña de la obra.

Este ha sido un gran espectáculo. Yo no me enteré de la trama de la obra, pero según comentó su autor, Fortuny, trataba de la batalla entre Fanes (dios que podría representar la lujuria) y Plutón (jodido Dios al que debemos el invierno, del que se dice que nadie jamás osó a desobedecer) Trata de la “Plutocracia”, o gobierno de los ricos; de cómo estamos absorbidos por esa ideología del “pensamiento único y sensato” que nos lleva a desmantelar el estado del bienestar y donar sus ingentes caudales a salvar la cuenta de resultados de bancos y demás anticristos, que se integran en las élites políticas y financieras de este país. De cómo desaprovechamos las ganas de marcha, por el recuerdo de que mañana hay que madrugar para ir al curro. De cómo renunciamos al placer, por la disciplina laboral. Excluir a los parados.

La trama me la sé porque se explico en el coloquio final, un poco largo. Pero la dificultad del texto –literatura en su estado más puro- dio pie a que los actores mostraran eso, que son grandes actores. Porque si declaman un texto que desarrolla una trama, la gente está pendiente del texto, precisamente porque desarrolla el devenir de la obra. Aquí el texto, muy culto, en un sentido –perdón- Gongoriano, no es el que fija la atención de los espectadores, sino las condiciones narrativas de los actores. Solo me fije en las dotes interpretativas de Federico Cassini, El Infausto, porque en lo que decía –sus diatribas contra las contradicciones en su mente de teólogo- resultaban oscuras, pero se lucio en la garra de su lectura.

Dejo para el final lo de lectura –heterodoxo yo- porque no se notó. Era una obra leída; pero leída y representada; de hecho la música fue en directo y compuesta originalmente  para este espectáculo. Nunca antes una lectura tuvo música ad hoc o ex profeso. El encargado fue Miguel Ángel Barba, compositor e interprete. 

Había una gran composición en el sencillo decorado: las dos deidades – Rafael Castillo y Fernando García- sentados a los extremos, al lado los espectadores, creaban el ambiente donde el teólogo se freía a razonamientos lúgubres. Y por allí pasaron el pensamiento –Paco Inestrosa- La Locura –Natividad Sánchez- Lucifer – Miguel Zurita- y Venus –Carolina Bassecourt, actriz que no represento a la diosa, sino que su vestuario nos la mostró-

En general una noche de teatro para todos, aficionados y no aficionados. Y una muestra del nivel que tiene los actores en esta ciudad y el poco interés y afición por un arte, el teatro, que lleva en crisis mas siglos que la Iglesia Vaticanista.