viernes, 5 de noviembre de 2010

La Carmen de Bambalina


No te metas con la Carmen
Por José Antonio Triguero


CARMEN

Bambalina Teatre Practicable


Guión y dirección  Jaume Policarpo  
Con  David Durán, Merce Tienda y Josep Maria Zapater
Música  Óscar Jareño y Josep Maria Zapater
Marionetas  Jaume Policarpo y Ximo Muñoz


Teatro Echegaray, domingo 24 de octubre de 2010




La obra comienza con un introito en el que se dan las claves de la historia y de la particular manera de enfocarla por parte de la compañía Bambalina, Carmen, el toro, el torero, las palmas, la pasión..., y un corazón construido con las manos de los manipuladores, una de las imágenes más bellas del espectáculo pero que, como símbolo que es, reduce las espectativas que se pudieran tener de sobre esta Carmen, la cuál en el proceso de reducción sufrido queda más cerca de lo ilustrativo que de lo metafórico.

Uno de los logros más valorables de la propuesta es la iluminación, que no sólo se convierte en personaje con naturaleza propia sino que lo es como títere; unos pequeños focos encendidos y accionados por los propios actores. Por contra, el punto débil de este montaje es la Carmen. Y por dos razones, la dramaturgia le ha quitado protagonismo al conocido personaje y la actriz que lo interpreta no tiene el impulso racial necesario para conectar de forma intensa y pasional con el títere que manipula.



Es un gran espectáculo, pero no acabó de convencerme pese a la buena realización y ejecución actoral. Me pareció falto de ritmo en muchos tramos y las acciones me parecieron muy previsibles, no tanto porque conociéramos la historia sino por la manera de manejar los elementos en los trances de tensión y pasión. En este sentido, la mejor escena podría ser la de la lucha de espadas y las peores, la escena erótica, la corrida de toros (eligieron una sevillana rociera como banda sonora) y el número bailado por la actriz que interpreta a Carmen.


Los detalles frikis y los momentos mimados están fuera de lugar, aunque hicieron reír al público. Otro detalle que no funcionó es la colocación escénica; una mesa en semicírculo y un coso a ras de suelo que no tenía buena visibilidad desde las gradas, al estar muy adelantado.

En definitiva, si no tenemos en cuenta que se hablaba de Carmen, es una obra con grandes hallazgos estéticos y con fina labor titiritera, amén de un trabajo físico exquisito. Pero la sensación es que de Carmen había poco en el espectáculo. En realidad, el protagonista es don José. Hasta Escamillo resulta ninguneado en esta versión.

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